Ernesto Carlos Barajas lleva una doble vida. Por un lado, enfrenta a la delincuencia al lado de sus compañeros y compañeras de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, a la que ha dedicado más de dos décadas de servicio. Al mismo tiempo, en su otra faceta, forma parte del Ballet Folklórico Amo a México, agrupación con la que ha recorrido distintas partes del mundo. Su vocación dual lo ha llevado a combinar las armas y el uniforme policiaco con los trajes típicos de la danza.
“En la Secretaría de Seguridad acabo de cumplir 21 años”, señala orgulloso. Sin embargo, lleva seis más zapateando en los escenarios.

En septiembre iniciará una nueva gira internacional con el ballet, dirigido por Lolita Menchaca. Primero viajarán a Jordania como parte de las celebraciones por el 50 aniversario de relaciones diplomáticas con México, para después visitar Qatar y Líbano.
“La Embajada de Jordania y la de Qatar están invitando al Ballet Amo a México, al cual pertenezco”, explica. En esta ocasión, recorrer más de 14 mil kilómetros será otra travesía emocionante para presentar al mundo el corazón de México representado por su folclor dancístico.

Cultura para el mundo
La invitación surgió a través de las representaciones diplomáticas; con ello, el grupo reafirma su presencia internacional y su papel como difusor de la cultura mexicana. El Ballet Folklórico Amo a México cuenta con una larga trayectoria fuera del país y, en cada viaje, ha mostrado los bailes tradicionales ante distintos públicos.

Así, el jarabe, la polka, el jarocho, el prehispánico y muchos estilos más han estado presentes en escenarios de Europa, Asia y América.
“Híjole, yo creo que el ballet ha estado en dos terceras partes del mundo. Hemos ido a Tailandia, Egipto, Israel, Rusia, China, Japón, Estados Unidos, Canadá, España, Francia”, afirma.

Entre las experiencias más significativas se encuentra su presentación en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. En aquella memorable ocasión, tuvieron frente a sí al Papa como espectador.
“Sí le hemos bailado directamente; tuvimos la oportunidad de estar ahí y presentarnos con él”, señala emocionado, como una de sus más preciadas experiencias en la ejecución de este arte.
Inspiración familiar
Ernesto Carlos también tiene, paralelamente, una larga carrera policial cuyo origen está en la tradición familiar. Desde pequeño convivió con marinos, militares y policías, lo que influyó en su elección profesional.
“La policía precisamente por mis familiares, unos marinos, mi abuelito militar, algunos tíos militares también policías y mi papá, sobre todo, fue policía del Estado de México”.

Por ello, parte de su vida ha transcurrido entre torretas, patrullajes y vigilancia, todo en defensa de la ciudadanía, a la cual sirve cotidianamente. En su carrera ya ha tenido dosis de máxima adrenalina, como cuando intervino para rescatar a un menor privado de su libertad tras el robo de un vehículo en el municipio de Nezahualcóyotl; Ernesto Carlos detuvo al delincuente y liberó al pequeño.

Legado artístico
La danza también tiene raíces familiares. Entre sus parientes hay actores, actrices, cantantes, bailarines y pintores. Ese entorno artístico le abrió un camino que terminó por volverse parte de su vida cotidiana.
“Toda mi familia ha estado en algo artístico”, rememora, atribuyendo a eso la pasión por el arte en sus venas.

Ambas actividades, explica, requieren disciplina, esfuerzo físico y respeto por los símbolos que representan. Esa similitud le ha permitido mantener las dos facetas sin conflicto.
“Fíjate que para mí las dos forman parte de mi personalidad. O sea, las dos me están formando tanto disciplina como el ejercicio”.

Barajas asegura que la danza aporta cualidades que también sirven en la labor policial. La postura, la fuerza y la preparación física son parte de los beneficios que ha encontrado en su formación artística.
“La danza te ayuda, le ayuda a todas las personas. Simplemente tú reconoces a un policía y a un bailarín. Desde el momento que se para, tú ya sabes que es bailarín”.

Los símbolos y atuendos de la danza tradicional tienen para él un peso similar al de los uniformes e insignias dentro de la corporación. En ambos casos se trata de emblemas que representan historia, disciplina y respeto.
“Debes de tener mucho respeto, igual que las insignias policiales, por el copilli (penacho), por ejemplo”.

El apoyo familiar
Por supuesto, la emoción y la pasión requieren de un importante apoyo personal, por eso su familia entera respalda sus dos vocaciones. Sus hijos lo acompañan en cada proyecto y observa con satisfacción cómo siguen su ejemplo.
“La verdad es que me felicitan y ven que lo hago con mucho cariño, mucho amor, las dos partes. Tanto la danza como ser policía, con todo mi esfuerzo y con disciplina”.

En unos días, el agente Ernesto Carlos Barajas partirá rumbo a Medio Oriente junto con el Ballet Folklórico Amo a México. En escenarios lejanos mostrará los sones y bailes que representan al país, mientras en casa lo espera la labor policial. Al volver, retomará nuevamente con celo la seguridad de la ciudadanía mexiquense, que también forma parte de su vida.

HCM