Una ola de violencia azotó a al menos cuatro municipios de Michoacán durante el fin de semana del 27 y 28 de septiembre. Distintos puntos de Coahuayana, Apatzingán, Pátzcuaro y Tepalcatepec volvieron a convertirse en el campo de guerra de organizaciones delictivas que buscan adueñarse del control del territorio desde años atrás.
De acuerdo con declaraciones que el fiscal general del estado, Carlos Torres Piña, compartió en entrevista con MILENIO Televisión, los hechos violentos que se suscitaron recientemente están vinculados a la disputa que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) sostiene en contra de grupos locales por el control del trasiego y la venta de drogas.
Aunque el funcionario estatal no detalló cuáles son las organizaciones criminales que combaten al cártel de las cuatro letras, diversos reportes tanto de autoridades mexicanas como estadounidenses ubican a Tepalcatepec como bastión de Cárteles Unidos, mientras que en Apatzingán, la localidad de Lomas de los Hoyos ha concentrado durante años una alta influencia de Los Viagras, según reportes del periodista César Cabrera.
La jornada de violencia suscitada a finales de septiembre avivó la dinámica criminal bajo la cual se ha mantenido Michoacán durante décadas, en donde diversos grupos criminales o de autodefensas han buscado expulsar a cárteles de mayor alcance -como ocurre con la organización de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho-, al tiempo que otras buscaron forjar alianzas frágiles cuya volatilidad deja a su paso únicamente violencia.
El origen de Los Viagras

Michoacán es un estado clave para la ruta del pacífico. Sus vastos recursos naturales y su codiciado puerto lo volvieron terreno de disputa para grandes organizaciones delictivas, lo que eventualmente derivó en una proliferación de grupos de autodefensas en la entidad.
Hace una década, en 2015, un grupo de ocho hermanos se presentó ante la comunidad michoacana como una guardia comunitaria dispuesta a defenderlos del asedio de grandes cárteles. Reportes de la época realizados por el periodista Ignacio Alzaga para MILENIO ubican al poblado de Pinzándaro en Buenavista Tomatlán como el lugar en donde fueron fundados Los Viagras.
Del total de hermanos, cuatro fueron los más notorios: Rodolfo, Nicolás, Mariano y Carlos Sierra Santana. Reportes de medios de comunicación locales refieren que ganaron relevancia entre las comunidades gracias los palenques, donde con frecuencia participaban en eventos de peleas de gallos, no obstante, cuando fue el momento de tomar las armas lo hicieron bajo la fachada de autodefensas.

Al naciente grupo de civiles armados se les consideró primero como afines a las autodefensas que comandaba Antonio Torres, alias El Americano, no obstante y de acuerdo con un informe de inteligencia del gabinete de seguridad nacional consultado por Ignacio Alzaga para MILENIO, fueron múltiples los vínculos que poco a poco conectaron a los hermanos Sierra Santana con actividades criminales.
El primero, según estableció el gobierno federal, fueron diversas reuniones que sostuvieron con Servando Gómez, alias La Tuta, otrora líder de los Caballeros Templarios. Asimismo, a tres de los hermanos se les identificó como ahijados de José de Jesús Méndez Vargas, alias El Chango, quien fue uno de los principales líderes de la Familia Michoacana.
La cercanía a dichos personajes del hampa michoacano llevaron a autoridades federales a descubrir que, más allá de un grupo de autodefensas, los hermanos Sierra Santana operaban al llamado Cártel H-3, una organización vinculada, entre muchas otras actividades delictivas, al trasiego de drogas.

Eventualmente, dicho grupo criminal adoptó como nombre el plural de El Viagra, un alias atribuido a Carlos Sierra Santana, quien fue su líder de mayor influencia hasta que fue abatido en Buenavista Tomatlán en 2017. Su caída propició el ascenso de otro de sus hermanos al liderazgo de Los Viagras: Nicólas Sierra Santana.
Mejor conocido como El Gordo, investigaciones de agencias de seguridad estadounidenses lo ubican como el actual líder del grupo criminal, lo que motivó su inclusión no sólo en la lista negra del Departamento del Tesoro sino también en el Programa de Recompensas del Departamento del Estado, el cual ofrece hasta 5 millones de dólares por información que conduzca a su arresto.
Amigos y rivales del CJNG

Desde 2015 la información de inteligencia del gabinete de seguridad nacional señalaba a Los Viagras como un grupo de civiles armados que trabajaban para el mejor postor, capaces de alinearse a distintos liderazgos criminales que operan en Michoacán en función de los beneficios propios que pudieran obtener.
Según reza el informe consultado por Ignacio Alzaga para MILENIO, en un inicio fungieron como brazo armado de La Familia Michoacana, posteriormente lo hicieron para Los Caballeros Templarios cuya extinción llevó al grupo de los hermanos Sierra Santana a replegarse en Apatzingán, para después expandirse a Buenavista y Tepalcatepec, donde buscaron fortalecer a los grupos de autodefensa.
Pese a intentar hacerse pasar como integrantes de guardias civiles, el gobierno federal apuntó a que siempre mantuvieron redes de trasiego y ventas de droga, un elemento extra que también los acercó al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). En 2015, tanto a Carlos como a Nicolás y Mariano Sierra Santana se les identificó como allegados del cártel de las cuatro letras, para el cual el último hermano llegó a coordinar un grupo de sicarios y halcones.

Dos años más tarde, diversos enfrentamientos comenzaron a exponer una ruptura entre Los Viagras y el CJNG. De acuerdo con InSight Crime, en aquellos años ambos grupos delictivos se consolidaron como los principales en disputarse municipios clave y rutas en Michoacán.
Uno de los episodios que confirmó la rivalidad entre ambos grupos delictivos fue el arresto de Yordyn Axel Villa Patricio, un líder de Los Viagras que, a su vez, compartía un vínculo sanguíneo con Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho. De acuerdo con información difundida por la agencia de noticias EFE, el joven de entonces tan solo 18 años de edad era hijo de Nora Elia Villa Patricio y de Adrián Mendoza Oseguera, hermano del líder de las cuatro letras.
Trascendió que ante la negativa de El Mencho de integrar a su organización a su sobrino, Yordyn Axel Villa Patricio buscó sumarse a las tropas que hasta la fecha encabeza Nicolás Sierra Santana. De este modo, y según EFE, el adolescente comenzó a recibir un salario de 3 mil pesos mensuales por servir al cártel rival de su tío como sicario en el poblado de Pinzándaro. Eventualmente, su ascenso en el organigrama criminal lo llevó a ser lugarteniente de Los Viagras en diversas zonas de Michoacán hasta su detención en 2018.

En esos mismos años, Los Viagras fueron identificados como miembros de Cárteles Unidos, un conglomerado de grupos criminales michoacanos que, bajo el liderazgo de Juan José Farías Álvarez, alias El Abuelo, buscan frenar la expansión del CJNG en el estado y el control de la producción y trasiego de la droga que es enviada a Estados Unidos.
"Cárteles Unidos en realidad es una confederación de varias organizaciones del narco en Michoacán. Algunos de los que han formado parte son La Familia Michoacana, Los Viagras, Los Caballeros Templarios, en algún momento Los Pájaro Sierra, pero su membresía cambia constantemente. A veces es difícil realizar el mapeo de grupos porque cambian de bando e incluso de repente hay células que se suman al cártel Jalisco", explicó en entrevista con MILENIO, el analista David Saucedo.
El dinamismo de dichos grupos criminales se hizo evidente en agosto de 2024 cuando, nuevamente, Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación fueron identificados como aliados en Michoacán. De acuerdo con información obtenida por el periodista Jorge Martínez para este medio, la asociación de ambas organizaciones criminales se reflejó en el aumento de los casos de extorsiones a limoneros en el estado, toda vez que su alianza contempló un incremento en las cuotas de cobro de piso.
Aunque desde hace poco más de un año a Los Viagras y al cártel de las cuatro letras se les ubicaba en el mismo bando, la reciente jornada de violencia suscitada en Apatzingán encendió las alertas sobre una posible ruptura de su coalición. El fiscal del estado, Carlos Torres Piña, confirmó que las investigaciones continúan en curso, de modo que será el tiempo el que determine si los grupos criminales actuaron en conjunto o, por el contrario, se trató de un episodio más de su amplio historial de alianzas y traiciones.
ATJ