Colectivos de búsqueda, madres y activistas intentaron ingresar a la fuerza al rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, luego de que inicialmente se les negara el acceso.
Las madres, familiares realizan una visita al predio junto con la Fiscalía General del Estado (FGE) de Jalisco y periodistas, en un intento de reconocer y encontrar algún indicio de sus desaparecidos.
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El 5 de marzo, un colectivo de búsqueda ingresó al rancho tras una denuncia anónima que los llevó a encontrar restos óseos, ropa y objetos personales. Además, descubrieron que el inmueble funcionaba como centro de adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Aunque el protocolo era que una vez llegaran los colectivos comenzaría el recorrido, los buscadores reprocharon la mala organización de las autoridades. “Su sistema era entrar más tarde pero no es posible. Y que nos haya citado la FGR para esto”, indicó Raúl Servín, integrante del colectivo Guerreros Buscadores.
“Vamos a entrar caminando, no hay ninguna logística”, denunció una madre buscadora que amagó con entrar forzosamente al predio de Jalisco, para luego comenzar a ingresar.
Los contingentes comenzaron a crecer y, en un intento de poner oden, se permitió el ingreso cada tres personas. No obstante, en cuanto comenzaron a salir los primeros familiares, reclamaron el poco tiempo que les permitió acceder al rancho y el impedimento para revisar las pruebas halladas.
“No se vale, nos tienen con 15 a 20 minutos, no entramos a ver un museo, estamos entrando a ver las evidencias donde quizá estén nuestros hijos. Esto no sirvió para nada como madres. Esto es una burla para nosotras como madres, se hizo un museo del dolor de nosotras. Aquí no hay respuesta porque no nos dejan ver evidencias”, comentó una de las afectadas.
