Da pena ver en lo que se ha convertido el Ex Ministro de la Suprema Corte Arturo Zaldívar, que, por la esperanza de encontrar cabida en un posible gabinete de Claudia Sheinbaum, no le ha importado mancillar su legado de jurista competente y profesional, para convertirse en un triste defensor de los errores y las inconsistencias cometidos por Claudia, su equipo y los partidos que conforman su coalición.
Todas las campañas tienen errores y son sujetas a críticas, también en todas las campañas hay voceros y personas que van a medios a defender lo que de entrada resulta indefendible, pero por lo regular los partidos envían a esas misiones a personajes curtidos en batalla que no les importa salir con más raspones, como Antonio Attolini, Gerardo Fernández Noroña, Javier Lozano o Juan Ignacio Zavala, quienes no tienen mucho que perder si caen en incongruencias o de repente resbalan.
Pero en el caso de Arturo Zaldívar es diferente, tiene una buena imagen que se tardó años en construir, es uno de los juristas más respetados del país y ahora está poniendo en riesgo su trabajo de años para alimentar su buena reputación, porque le toca defender en televisión nacional cada uno de los deslices de López Obrador, Sheinbaum o MORENA, donde incluso debe ir en contra de las propias posiciones que sostuvo como Ministro de la Corte.
Sin duda la apuesta de Arturo Zaldívar es emular a Olga Sánchez Cordero y conseguir una posición clave en el Gabinete, como la Secretaría de Gobernación, o bien, la titularidad de un órgano autónomo como la Fiscalía General de la República, pero incluso si no tomara un papel tan activo en la defensa en medios lo podría lograr, porque Claudia Sheinbaum va a necesitar perfiles que se alejen del prototipo de MORENA, y en su lugar poner a personas más moderadas provenientes de la sociedad civil como el propio Zaldívar, pero el mismo no se ayuda al manchar la buena imagen que la población se había generado de su persona.
@victorsanval