Los entresijos del poder
Si bien el Gobierno Federal ha tomado una serie de pasos importantes para el combate a la corrupción de gobiernos anteriores, en especial en los periodos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, no ha hecho nada en contra de la corrupción que se ha presentado en el actual sexenio.
Atacar a la corrupción del pasado, mientras se tolera la actual es un refrito de la política mexicana, ese cuento ya lo vimos con el encarcelamiento del líder petrolero Joaquín Hernández Galicia “La Quina” por parte de Carlos Salinas, o bien el de Raúl Salinas de Gortari en tiempos de Ernesto Zedillo o Elba Esther Gordillo en tiempos de Enrique Peña Nieto.
Es decir, son grandes golpes de reflector que buscan convencer al público de que las cosas van a cambiar, por ello, los arrestos de Rosario Robles o Emilio Lozoya del actual sexenio son más de la misma receta mediática, porque se ataca a los adversarios, mientras se hace de la vista gorda sobre la corrupción de los aliados.
Mientras el Gobierno Federal no vaya por la corrupción de los militantes de MORENA la lucha contra la corrupción no es creíble, casos sobran, ahí tenemos los desvíos de Ana Gabriela Guevara en la CONADE, las licitaciones amañadas en favor del hijo de Manuel Bartlett o del hermano de Zoé Robledo, la riqueza inmobiliaria no declarada del propio Manuel Bartlett, de Irma Eréndira Sandoval, de Alejandro Gertz o de Santiago Nieto, el posible conflicto de intereses y el tráfico de influencias del hijo de AMLO José Ramón López, los delitos electorales de Pío López Obrador hermano del Presidente o los contratos por más de 465 millones de pesos del PEMEX en favor de Felipa Obrador prima del mandatario.
Son muchos casos para que todos ellos sean falsos o malos entendidos y en la mayoría de ellos ni siquiera se han iniciado investigaciones, por ende, la única conclusión posible es que el combate a la corrupción no es contra todos como prometió el Presidente.
@victorsanval