el viernes, el Instituto Mexicano del Seguro Social publicó las cifras de afiliaciones al mes de julio, que significan la generación de empleos formales por estado. Aunque hubo una ligera tendencia de aumento en el plano nacional, Tamaulipas mantiene desde abril un decremento en la generación de posiciones laborales por parte de las empresas instaladas.
Son más de 694 mil los inscritos por los patrones al último reporte, pero contrasta con los 698 mil de marzo y, de acuerdo con especialistas, se perfilaba para llegar a la cifra histórica de 700 mil. Esa meta se ha esfumado de forma dramática con los recortes de 4 mil 771 ciudadanos de sus fuentes de ingresos con todo y prestaciones de ley.
La situación se agrava y hasta cierto punto contrasta, porque sucede en la industria manufacturera, la misma que hace unas cuantas semanas anunciaban proyectos importantes y aterrizados tanto en Nuevo Laredo y Reynosa, con inversiones que alcanzan el centenar de millones de dólares en conjunto.
Pero esto es una pequeña arista de la realidad económica que se presentó en Tamaulipas en los últimos seis años. La promesa de generar mejor calidad de vida “a través de la riqueza” que traería el sector privado a la entidad no mejoró el movimiento comercial y, por ende, los sueldos de empleados.
Al revisar datos de la actividad económica trimestral que publica el Inegi, el organismo “México, ¿Cómo vamos?” pone a nuestra entidad entre las siete con un saldo negativo. El promedio desde 2016 está en -0.15 por ciento, ubicado en semáforo rojo y junto a Campeche, Chiapas, Zacatecas, Ciudad de México, Hidalgo y Morelos.
Otra comparativa más: con relación al primer semestre de 2020, el nivel de los sectores productivos no es suficiente para recuperarse de la pandemia del covid-19. Es todo lo contrario, trae una caída de 1.3 por ciento y forma parte de la deshonrosa lista de 21 entidades sin haber solventado la contingencia.
Por último: cada tres meses quedó a deber en cuanto a la meta, pues se esperaba creciera al menos 4 por ciento y nunca se alcanzó en la administración de Francisco García de Cabeza de Vaca.
Así es como se recordará a esta administración panista: como una economía mediocre. _