Todos los virus, incluido el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, cambian con el tiempo. La mayoría de los cambios tienen poco o ningún impacto en las propiedades del virus. Sin embargo, algunos cambios pueden afectar las propiedades del virus, como la facilidad con que se propaga, la gravedad de la enfermedad asociada o el rendimiento de vacunas, medicamentos terapéuticos, herramientas de diagnóstico u otras medidas sociales y de salud pública.
La variante del coronavirus Ómicron se extendió por todo el mundo el domingo, y se encontraron nuevos casos en los Países Bajos, Dinamarca y Australia, incluso cuando más países impusieron restricciones de viaje para tratar de aislarse. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que aún no estaba claro si Omicron, detectado por primera vez en el sur de África, es más transmisible que otras variantes o si causa una enfermedad más grave.
A finales de 2020, la aparición de variantes que representaban un mayor riesgo para la salud pública mundial impulsó la caracterización de variantes de interés y variantes de preocupación específicas, con el fin de priorizar el seguimiento y la investigación globales y, en última instancia, para informar a la población. A partir del 31 de mayo de 2021, la OMS propuso etiquetas para las variantes de interés y variantes de preocupación del SARS-CoV-2 globales que se utilizarán junto con la nomenclatura científica en las comunicaciones sobre variantes al público.
Para las variantes de preocupación, se dispone de pruebas claras que indican un impacto significativo en la transmisibilidad, la gravedad o la inmunidad que tendrá un impacto en la situación epidemiológica mundial. La evidencia combinada genómica, epidemiológica e in vitro de estas propiedades invoca al menos una precaución moderada.
La variante B.1.1.529 se notificó por primera vez a la OMS desde Sudáfrica el 24 de noviembre de 2021. La situación epidemiológica en Sudáfrica se ha caracterizado por tres picos distintos en los casos notificados, el último de los cuales fue predominantemente la variante Delta. En las últimas semanas, las infecciones han aumentado considerablemente, coincidiendo con la detección de la variante B.1.1.529. La primera infección confirmada conocida por B.1.1.529 fue de una muestra recolectada el 9 de noviembre de 2021.
Las mutaciones identificadas en la variante más reciente puede ser el mejor o peor elemento que tenemos como humanidad debido a que están sobre la proteína espiga o proteína spike, aunque de forma preliminar parece que aumenta la velocidad de transmisión y virulencia pero al mismo tiempo, tantas mutaciones sobre esa parte esencial para infectar ocasiona que sea muy inestable y pueda morir con mayor facilidad. Estamos esperando que las autoridades correspondientes determinen si la nueva variante llegará de forma expedita a todo el mundo, o si será un brote limitado a un área geográfica y tendrá una ventana de tiempo activa muy corta.
Nuestra mejor defensa está en el lavado de manos por al menos 30 segundos con agua y jabón, usar una mascarilla facial que cubra por completo nariz y boca y fomentar los espacios bien ventilados.
Víctor Andrade Carmona
victor.andradeca@anahuac.mx