El pasado 3 de julio, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó un nuevo fármaco desarrollado por Eli Lilly para el tratamiento del Alzheimer.
Este medicamento, conocido como Donanemab y comercializado bajo la marca Kisunla, ha generado gran entusiasmo tanto en la comunidad médica como en el ámbito financiero. La aprobación de Kisunla no solo amplía las opciones de tratamiento para esta devastadora enfermedad, sino que también representa un importante avance para Eli Lilly en su competencia dentro del mercado farmacéutico.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa incapacitante y se estima que en México aproximadamente un millón 300 mil personas la padecen, cifra que representa entre 60 y 70 por ciento de los diagnósticos de demencia y afecta con mayor frecuencia a las personas mayores de 65 años.
La progresión gradual del Alzheimer, que lleva a la pérdida de memoria y habilidades cognitivas, impone una carga enorme tanto a los pacientes como a sus familias. Hasta ahora, las opciones de tratamiento han sido limitadas, con una eficacia variada y a menudo insuficiente.
La aprobación de Kisunla representa un rayo de esperanza para millones de personas. En estudios clínicos, este fármaco ha demostrado una reducción de 35% en el avance del deterioro cognitivo y funcional durante un periodo de 18 meses, comparado con un placebo.
Además, redujo el riesgo de los participantes de progresar a la siguiente etapa clínica de la enfermedad en 39%. Estos resultados indican que Kisunla puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes, proporcionando más tiempo de funcionalidad y autonomía.
Kisunla es el primer tratamiento dirigido a placas amiloides que utiliza un régimen de duración limitada basado en la eliminación de estas placas. En su estudio de fase 3, casi la mitad de los participantes completaron su curso de tratamiento en 12 meses, con infusiones mensuales de 30 minutos que redujeron las placas amiloides en 84% en promedio desde el inicio del estudio.
El régimen recomendado de Kisunla consiste en una dosis cada cuatro semanas durante tres dosis iniciales, seguida de una dosis mayor cada cuatro semanas. Esta administración periódica permite un manejo más sostenible y menos invasivo del tratamiento, mejorando la adherencia del paciente y facilitando la logística del cuidado a largo plazo.
La aprobación de Kisunla también ha tenido un impacto significativo en el mercado financiero. Eli Lilly había enfrentado un rechazo inicial de la FDA el año pasado, seguido de un retraso en el proceso de revisión. Sin embargo, la reciente recomendación de un panel asesor de la FDA en junio y la subsecuente aprobación han revitalizado la confianza de los inversionistas en la compañía.
Esta noticia es especialmente importante en el contexto de la competencia directa con Biogen, cuya terapia Leqembi fue aprobada por la FDA en julio del año pasado. La llegada de Kisunla al mercado no solo proporciona una nueva opción terapéutica para los pacientes, sino que también dinamiza la carrera por desarrollar tratamientos más efectivos contra el Alzheimer.
La competencia entre Eli Lilly y Biogen promete impulsar la innovación y mejorar las opciones de tratamiento disponibles. Aunque la aprobación inicial de Kisunla es específica para los Estados Unidos, su éxito podría tener implicaciones significativas para el tratamiento del Alzheimer en México y otros países.
El aumento de opciones terapéuticas podría inspirar a las autoridades sanitarias mexicanas a acelerar la evaluación y aprobación de nuevos medicamentos, mejorando así el acceso a tratamientos avanzados para los pacientes mexicanos.
Además, la introducción de Kisunla en el mercado podría incentivar a las empresas farmacéuticas en México a invertir más en investigación y desarrollo de tratamientos innovadores. La competencia y colaboración internacional son cruciales para enfrentar desafíos de salud globales como el Alzheimer.
La aprobación de Kisunla por parte de la FDA marca un hito significativo en la lucha contra el Alzheimer. Este avance no solo ofrece una nueva esperanza para millones de pacientes y sus familias, sino que también refuerza la posición de Eli Lilly en el competitivo mercado farmacéutico.
Las impresionantes reducciones en el deterioro cognitivo y funcional observadas en los estudios clínicos subrayan el potencial de Kisunla para transformar el tratamiento del Alzheimer. La colaboración entre los sectores público y privado, así como el intercambio de conocimientos y recursos a nivel internacional, serán fundamentales para maximizar el impacto positivo de estos desarrollos en la lucha contra el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.