Política

Alcohol: Plática familiar

Como sociedad, somos muy conscientes de los efectos que el alcohol puede tener en nuestro cuerpo y mente. Es una sustancia que altera nuestro estado de ánimo y ralentiza el sistema nervioso. Cuanto más bebemos, mayor es el impacto en nuestro cuerpo. Esta es la razón por la que a menudo vemos que las personas se vuelven más animadas después de tomar una copa. El alcohol afecta la parte del cerebro que controla nuestro autocontrol, lo que hace que actuemos de maneras que pueden no estar en consonancia con nuestro comportamiento normal.

El etanol, componente intoxicante del alcohol, es tan pequeño que puede pasar fácilmente a los espacios entre las células del cerebro, interfiriendo con los neurotransmisores y causando efectos en el cerebro y el sistema nervioso central. Beber rápido conduce a un rápido aumento de alcohol en el cerebro, lo que lleva a graves consecuencias.

Sin embargo, hay señales de advertencia que debemos tener en cuenta si alguien que conocemos está bebiendo. Reacciones más lentas, pérdida de coordinación, dificultad para hablar y arrebatos emocionales son síntomas comunes del consumo excesivo de alcohol. El juicio deteriorado puede conducir a situaciones peligrosas, como involucrarse en comportamientos riesgosos o beber hasta el punto de coma o muerte.

Beber hasta la embriaguez aumenta el riesgo de terminar en el hospital o con heridas (22% de las muertes accidentales están relacionadas con el alcohol), involucrarse en una pelea, no llegar a casa de manera segura y ser asaltado o agredido sexualmente. Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, 15.2% de los jóvenes entre 12 y 17 años bebieron en exceso en el último año, con un aumento del consumo entre las mujeres. En el mismo grupo de edad, 27.2% de las mujeres y 28.8% de los hombres declararon haber consumido alcohol en el último año.

La recomendación de muchos organismos federales de salud en diferentes países es que los menores de 15 años no deben beber. Esto no solo se debe a que los órganos de un adolescente no están completamente desarrollados (y, por lo tanto, son más vulnerables a las toxinas de la descomposición del alcohol) y psicológicamente son menos capaces de lidiar con los mecanismos de alteración del cerebro del alcohol, sino que también es mucho más probable que los adolescentes resulten involucrados en un accidente o un incidente violento.

En conclusión, si bien el alcohol puede parecer una sustancia inofensiva o incluso placentera, es importante ser consciente de sus efectos y beber con responsabilidad. La Fundación de Investigaciones Sociales, A.C. (FISAC) es una asociación civil, creada en 1981 con el objetivo de contribuir a la prevención del uso nocivo del alcohol en México.

www.alcoholinformate.org.mx es el sitio de la fundación donde podrá encontrar información relacionada con la institución y su labor social; siempre complemente sus fuentes de información con recursos oficiales. 

Víctor Andrade Carmona

victor.andradeca@anahuac.mx

* El autor es médico investigador del movimiento Ciencia Previene Violencia, una iniciativa del Instituto de Salud Pública Anáhuac, Universidad Anáhuac México.



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  • Médico investigador del movimiento Ciencia Previene Violencia, una iniciativa del Instituto de Salud Pública Anáhuac, Universidad Anáhuac.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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