A temblar.
El alza de casos por Covid 19 y la presencia de una nueva variante en varios estados del país, entre ellos Coahuila y Durango, orillaron a las autoridades rectificar la disposición del regreso a clases presenciales y hacerlo en forma virtual.
Hasta las últimas horas del domingo eran 11 estados los que optaron por esta medida. Además de los mencionados se sumaron Aguascalientes, Baja California Sur, Baja California, Chihuahua, Nayarit, Hidalgo, Tamaulipas, Sinaloa y Zacatecas.
Al anunciar que los educandos se queden en casa para recibir sus clases de manera remota vía internet, nos imaginamos a cada una y cada uno disponiendo, por lo menos de su computadora personal para la conexión correspondiente del día.
La realidad es otra.
No todos los alumnos cuentan con las condiciones ideales para recibir las clases en línea o vivir en la zona que cuenta con el servidor para la conexión de internet.
En los casos más específicos, ni la accesibilidad tecnológica que requieren algunas personas con discapacidad o la asistencia personal que otras necesitan.
Su regreso a clases no será ni presencial ni virtual, simplemente no será.
Desde el inicio del confinamiento por allá del mes de marzo de 2020, se dijo hasta el cansancio, que la medida era necesaria pero inequitativa para los alumnos.
Hablamos sí, de personas con discapacidad, pero también de personas indígenas en lugares que no cuentan con servicios de agua y drenaje, menos de internet o aquellas en condiciones de pobreza de zonas rurales donde la mensualidad para una compu es la compra de despensa de la semana.
Otra vez, las personas en situación de vulnerabilidad quedaron fuera de la visión de quienes toman las decisiones en los tres niveles de gobierno.
La prioridad fue la salud de los mexicanos a razón de no saturar los servicios médicos y/o las camas de hospital. Ok.
Pero la intervención se queda a medias, al suponer que todas las personas tienen la posibilidad de quedarse en casa y hasta ahí recibir los contenidos escolares de la institución a la que pertenecen.
Una falacia.
Hoy, el rezago en la población estudiantil de nuestro país es académico y de salud mental.
Que no se les olvide.
El cuestionamiento acá, no es la medida más inmediata, como lo es quedarse en casa, sino la omisión en su postura por considerar que TODAS Y TODOS están en condiciones de retomar las clases a mitad de ciclo escolar vía internet. Incluso ningún servidor público se ha pronunciado para manifestar su preocupación por esta población mucho menos para dar alternativas para que no se queden al margen de los “beneficios” de las nuevas disposiciones.
Y si a eso le sumamos que en estados como Durango, Aguascalientes, Tamaulipas e Hidalgo están en el apogeo de inicio de procesos electorales para renovar gubernaturas, ya se imaginará la atención que le brindarán las autoridades en turno a los mal llamados “grupos prioritarios”.
PrimeroPersona.
Twitter @verisimorocha