Ha sido una semana ruda con el #MeTooEscritores y el #MeTooPeriodistas. A lo largo de esta semana he leído con horror las incontables historias de abuso, acoso y hasta violación ejercidos por hombres con quienes comparto profesiones. A varios de ellos los conozco; en algunos casos me he sorprendido. En otros, he movido la cabeza afirmativamente.
Creo que ya era tiempo de que pasara esto. Justo hace unas semanas escribí sobre la necesidad de crear una revolución feminista, y ahora trato de encontrarle una utilidad al movimiento además de la denuncia y exhibición de aquellos que han vulnerado mujeres (parte esencial para un futuro cambio).
Por ahora, me gustaría compartirles algunos consejos tras leer los testimonios.
Para ellos
* No, a las mujeres no nos gustan los hombres que prefieren pedir perdón antes que pedir permiso. Si quieres besar a alguien, por muy seguro que estés de que el deseo es recíproco, tienes que preguntar y proceder de acuerdo a la respuesta. Puedes replicar, pero jamás exigir o tratar de convencer a la fuerza.
* ¿Qué necesitamos decir o hacer para que quede claro que no es no? Así hayan comenzado a fajar, si la chica desea detenerse por completo, es su decisión y hay que respetarla. No, no duele el pene ni les va a dar disfunción eréctil. El deseo es algo que se controla, no son animales instintivos, aunque les hayan vendido esa idea desde que eran niños.
* La llamada “caballerosidad” es un concepto de la Edad Media. No hace falta preservar algo que en realidad no tiene importancia. Si quieren halagar a una mujer, caminen en unidad con ella, no chiflándole a sus espaldas.
* Si son de los que preguntan: “¿Entonces ahora ya no podemos alabarlas ni piropearlas?”, los invito a que reflexionen sobre la imperiosa necesidad que sienten de hacerlo. ¿Realmente es por nosotras, o porque crecieron creyendo que eso hacen los hombres? Porque la mayoría de nosotras podemos vivir perfectamente sin que nos digan que estamos guapas.
* ¿Alguna vez les han pedido sexo a cambio de un empleo o mejora laboral? La mayoría contestará que no, pensando que una cosa no está relacionada con la otra. Tampoco para nosotras, ¿eh? Buscamos trabajo y salario por lo que sabemos, no por lo que podemos hacer en la cama.
*Las más jóvenes no están buscando un maestro que también sea su gurú del sexo. Lo que desean es encontrar seres humanos empáticos que valoren e impulsen sus estudios, eficiencia, forma de ver la vida.
* No se trata de olvidarse del romance, pero obligatoriamente las relaciones amorosas, los fajes, el sexo casual, tendrían que estar sustentados por el consenso libre de prejuicios.
* Sus viviendas no deberían ser anexos de sus oficinas. Tampoco los hoteles durante los viajes. Eviten trabajar en espacios así; no les van a doler los pies si caminan al café más cercano.
*No somos sus enemigas. No necesitamos que nos vulneren más con sus reacciones. No queremos que banalicen el asunto. Deseamos que cambie esta situación.
* Escuchen a sus madres, hermanas, amigas, parejas. Traten de ver por un instante la vida cómo lo hacen ellas. Se van a sorprender y, en el mejor de los casos, develarán otra manera de pensar. Si se esfuerzan en comprenderla, será posible que eliminen hábitos dañinos.
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¿Y ellas qué podrían aprender del movimiento?
* Para conseguir un puesto laboral no deberían tener que acostarse con alguien. Si les proponen ese intercambio, digan de que no y retírense, así sea el trabajo de sus sueños. Muchas mujeres se los van a agradecer, empezando por ustedes mismas.
* El acostón no va ligado a una relación amistosa o profesional. Háganlo con quien realmente deseen, no para ganar lo que quieren. Sean enfáticas al decir que no, es su derecho. Váyanse del lugar tras el primer comentario sexista, insinuación sexual o toqueteo.
* Vístanse como quieran y nunca se sientan mal por ello. Las críticas no deberían importarles. No es cierto que por su ropa provocan reacciones o situaciones.
* Si es necesario golpear para librarse de una situación violenta, háganlo. Griten, corran, pidan ayuda a alguien cercano. Olvídense del qué dirán.
* La sororidad está a la alta. Unámonos en lugar de criticarnos unas a las otras. Créanle a las sobrevivientes. No las victimicen: ayúdenlas a trabajar su resiliencia.
* No usen el hashtag para denunciar a sus ex parejas. Tod@s tenemos derecho de movernos de lugar, separarnos de alguien, enamorarnos de nuevo. Hay que ser honestos, olvidar el apego y los celos. Si eliminándolos creen que su hombre es violento, entonces procedan a la denuncia.
* Nunca acepten una entrevista laboral en una casa, un hotel, un lugar que las hace dudar. Así sea lo que siempre habían esperado, exijan hacerlo en una oficina. Si les dicen que la única manera es la primera, sepan que no será el trabajo ideal por mucho.
* Hay hombres igualitarios, y cada día habrá más si también hablamos de aquellos que nos hacen sentir seguras, en paz, que caminan en unidad con nosotras, que nos ayudan y piden nuestra ayuda, que valoran quiénes somos más que cómo nos vemos, que se involucran con las labores domésticas y de crianza de los hijos e hijas, nos apoyan en el desarrollo laboral, nos escuchan, reconocen logros y talentos, así como fallas y caídas, sin juzgar, sino sabiendo que cada individuo es único e irrepetible. Y tú, ¿conoces #HombresIgualitarios?
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