México está inmerso en disputas comerciales con Estados Unidos desde que inició la primera campaña del presidente de Estados Unidos. A Trump no le gusta el comercio y el concepto del déficit comercial lo rebasa. Considera que importar más de lo que se exporta es una pérdida de poderío económico. Si la relación comercial con México le molesta, la relación con China le debe generar sentimientos encontrados. Por un lado, un enorme temor de ser rebasados y por otro, un gran deseo de tener control sobre tantas variables como lo tiene el gobierno chino.
Pero el asunto comercial es solo una arista de este conflicto, quizás la punta del iceberg. China y Estados Unidos están peleando una batalla por el poderío mundial, por ser la primera potencia del planeta. No únicamente, desde luego, en el ámbito económico. La lucha es por el poder; por el liderazgo. China —y Asia— quieren recuperar ese lugar que han ocupado en otros momentos en la historia. La pelea se está dando de otra forma. El progreso tecnológico será el determinante.
Y es en esa arena donde China se está moviendo a mayor velocidad que Estados Unidos. El desarrollo tecnológico de las empresas asiáticas y chinas en particular es innegable. Con información del WIPO (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), durante 2017, de todas las patentes solicitadas en el mundo, 65.1% provinieron de Asia. De Norte América provino el 20.3%. No es solo el número de patentes solicitadas o el porcentaje que representan del total, sino el ritmo del cambio. Durante 2007, las fracciones respectivas a Asia y a Norte América fueron 49.7% y 26.4%. Los países que más solicitaron fueron China, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y la zona euro. China empezó a mostrar avances desde 1995, pero hasta poco antes de 2005 ocupaba el último lugar de los cinco mencionados. En 2005, su ritmo se aceleró notoriamente. Rebasó a Corea y a la zona euro ese año, a Japón en 2010 y Estados Unidos en 2011. En estos cuatro países, más la eurozona, se concentra 85% de las solicitudes de registro de patentes. De Europa, el que lleva la delantera es Alemania.
De las diez empresas que más patentes solicitaron, ocho son asiáticas, una es norteamericana y la otra es alemana. La mayoría de las solicitudes se refieren a tecnología computacional. Quizás el caso más emblemático sea la quinta generación para telefonía celular, 5G. De forma sencilla, así como la 4G permite conectarnos entre personas, la 5G permitirá la conexión masiva de usuarios a las cosas que nos rodean: el internet de las cosas. Algunos países ya están en ello. Reino Unido la estrenó recientemente y ya funciona en Corea del Sur. China es líder en el desarrollo de esa tecnología. Estados Unidos se mueve más lento y frena el desarrollo de la tecnología asociada. De ahí las reacciones comerciales que en realidad tienen de fondo la supremacía tecnológica y el poderío mundial.
Mientras aquí discutimos si el conocimiento está sobrevalorado, si el análisis y la técnica son elitistas o necesarios, si lo que importan son los sindicatos y no la educación de los niños, hay países que ven la tecnología como el camino al desarrollo. México no puede verse en ese espejo.
@ValeriaMoy