Cultura

Diego Rivera, el muralista en rebeldía

  • Guanajuarte
  • Diego Rivera, el muralista en rebeldía
  • Valeria Carrillo

El muralismo es una corriente artística mexicana que cumple con objetivos como el retrato de los problemas del momento histórico, la necesidad de transmitir a más personas por medio de la monumentalidad y romper con las técnicas mexicanas tradicionales de pintura para integrar corrientes pictóricas europeas como el cubismo y el expresionismo.

José Diego María Rivera Barrientos, mejor conocido como Diego Rivera, poseía un claro dominio mezclando las corrientes pictóricas europeas con las técnicas mexicanas; pues este artista, proveniente de Guanajuato Capital, pisó mundo en busca de conocimientos en artes plásticas, siendo reconocido como un pintor que iba contra la corriente.

Diego Rivera se negó a ingresar al Colegio Militar (voluntad de su padre) por lo que comenzó sus estudios en la Academia de San Carlos de la capital mexicana; en 1906, Rivera se trasladó a Europa donde estudió diversas corrientes artísticas en países como España, Francia e Italia, por lo que permaneció en Europa durante 15 años.

En 1921, regresó a México para participar en el renacimiento del muralismo, proyecto que emprendió el entonces secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, donde Rivera estudió el arte azteca y maya, también participó al lado de muralistas mexicanos como David Alfonso Siqueiros y José Clemente Orozco, convirtiéndose estos tres en los máximos representantes del muralismo mexicano.

Su profundo conocimiento de las artes plásticas europeas y prehispánicas mexicanas lo llevó a desarrollar su primer mural, una de sus obras más representativas y admiradas: “La Creación”.

Después de esta y entre tantas obras de Diego Rivera, me trasladaré al año de 1933, cuando se encargó al artista pintar un mural para decorar el vestíbulo del recién construido Rockefeller Center, a esta recuesta, Rivera entregó “El hombre en el cruce del camino”.

Cargada de simbolismo comunista, en la obra se encontraban los retratos de Trotsky y Marx, aunque el rostro de Lenin fue el que causó la indignación del clan Rockefeller, provocando el despido del artista y la destrucción de la obra. La cual fue pintada nuevamente por Rivera para el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México y rebautizada como “El hombre controlador del universo”.

Artista nato, conocedor de la pintura y rebelde con causa de índole comunista; Diego Rivera, amado, odiado o admirado, siempre significará un representante máximo del arte mexicano.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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