En el marco del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, Francisco Berganza, candidato del Partido Acción Nacional al gobierno de Hidalgo, violentó a la activista transexual Fernanda Lavalle, a pesar de que ella tiene ya casi seis años de asesinada.
Al agredir a Omar Fayad durante el debate entre candidatos a la gubernatura del estado, Berganza incluyó la siguiente declaración en una lista de señalamientos: “Se habla del asesinato, y esto es muy delicado, del asesinato de Fernanda Lavalle, un transexual que se dice que tenía relación contigo y que lo amenazaste. Hay que aclararlo”.
Ante la indignación obvia por el uso y abuso de una dolorosa herida abierta entre el activismo hidalguense, sin pensar si ofendería a alguien con tal falta de tacto, hay que aclarar dos cosas: La primera es que quienes conocimos y trabajamos de cerca con Fernanda Lavalle sabemos que ella no tenía relación alguna con Fayad.
La segunda es que en mi trato personal de años con múltiples integrantes de la diversidad sexual en el estado, puedo decir que jamás escuché que alguien insinuara siquiera que el crimen transfóbico de Fernanda hubiera tenido que ver con algún político. No se dijo nada semejante hace seis años, y no se dice ahora, así que la aseveración de Berganza sobre tales “rumores”, es evidentemente una insultante invención, probablemente derivada de un mal consejo que un pésimo asesor se sacó de la manga, y que Berganza no se preocupó por verificar, en su total desconocimiento del trabajo de la sociedad civil del estado.
Está por demás explicarle a un hombre como Berganza, insensible ante los derechos humanos de la diversidad sexual, que no debe referirse a las mujeres trasngénero, ni a las mujeres transexuales en masculino. Que no debió manchar el recuerdo del trabajo de Fernanda, ni debió decir que ella era “un” transexual, sino una transexual.
Sobra decirle que justo hoy es el Día Mundial contra la Homofobia y la Transfobia, porque apenas hace 26 años, el 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de Organización Mundial de la Salud suprimió la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Desde entonces, la comunidad Lésbica Gay Bisexual Transvesti Transexual Transgénero Intersexual (LGBTTTI) conmemora en todo el mundo esa fecha como el Día Mundial Contra la Homofobia y la Transfobia, precisamente para que a sujetos como Berganza no les parezca “simpático” o “casual” ensuciar la memoria de las víctimas simplemente para insultar a un adversario.
Justo lo que hizo el candidato panista corresponde perfectamente con la definición de las Naciones Unidas sobre homofobia y transfobia: Un conjunto de creencias, opiniones, actitudes y comportamientos de agresión, odio, desprecio o ridiculización, que se producen contra las personas que ejercen una conducta no heterosexual. Se trata de una discriminación por orientación sexual (homofobia, odio a la homosexualidad) o por identidad de género (transfobia, odio a la transexualidad), similar en importancia al racismo, la xenofobia o el machismo, cuyo fundamento son los fuertes estereotipos sociales, el odio hacia las personas y el rechazo por la diversidad humana.
Aún cuando el discurso democrático de moda hace que muchas personas se digan abiertas y tolerantes sin serlo en verdaderamente, la realidad nos habla de señalamiento social, persecuciones policiales y discriminaciones laborales.
En Hidalgo el combate institucional a la homofobia y la transfobia es completamente nulo. Hasta ahora, las acciones contra estos actos de discriminación han corrido por cuenta exclusiva de la ciudadanía organizada, ya que nunca (en toda la historia de Hidalgo) las autoridades locales han movido un dedo para combatir estos odios contra la diversidad sexual.
La única manera de erradicar la homofobia y la transfobia es el trabajo conjunto de los gobiernos (impulsando penalizaciones por estos actos discriminatorios, eliminando desigualdades jurídicas e impulsando una cultura de la igualdad) y de la ciudadanía, tanto en lo cotidiano e individual, como en lo colectivo, porque la homofobia y la transfobia se manifiestan desde los crímenes de odio, hasta el contar chistes y hacer comentarios que menosprecien y ridiculicen a la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, transvesti e intersexual. Entre estas acciones violentas se incluye el que las activistas asesinadas vuelvan a ser victimizadas por ocurrencias de políticos, es decir revictimizadas.
Ninguno de los tres candidatos, ni la candidata al gobierno de Hidalgo, contemplan los derechos de la diversidad sexual en sus propuestas y agendas de gobierno. En este estado, la diversidad sexual ha sido invisible para todos los gobiernos y no parece que en el próximo vaya a haber alguna diferencia. Lo que es evidente, es que si Berganza llega a ser gobernador, la población LGBTTTI del estado sufrirá la mayor persecución que en su contra haya habido hasta ahora.