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Ya no hay hombres como Kirk Douglas

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103 años vividos intensa y profundamente han llegado a su fin, lo cual parece imposible cuando vislumbramos la imagen del joven Kirk Douglas exclamando en la más grande de las pantallas de plata “Yo soy Espartaco”.

Pero la historia de este personaje, mucho más grande que la vida misma empieza en a principios del siglo pasado con sus padres huyendo, justo a tiempo, de Bielorrusia y llegando a Nueva York para tratar de tener una vida digna. Inmigrantes como siempre. Cuatro hijas y un hombre: Kirk, quien desde muy joven tuvo que salir a encontrar trabajo porque simplemente no alcanzaba para vivir. Ahí forjó su personalidad de hombre rudo, pero caballeroso. Siempre de carácter fuerte y con todas las fallas de un macho, pero todos los atributos que vienen con la masculinidad bien entendida también.

Activista de izquierda que sobrevivió los tiempos más oscuros de un Hollywood que “cazaba comunistas” para destruir sus carreras y sus vidas. Su poder como estrella logró salvar a varios, a salvarse a sí mismo de la lista negra de McCarthy que se iba contra todos los que no fueran parte del sistema en la década de los cuarenta. Escritores, directores, actores... cualquier cosa que pareciera activismo era considerado sospechoso y digno de ser destruido. Por años Kirk Douglas fue una figura no solo de esperanza simbólica en y detrás de la pantalla, sino que con su fuerte carácter logró ser parte del cambio de esa cultura de persecución que se reflejaba en todo el entretenimiento.

Por supuesto, también fue padre del actor Michael Douglas, quien en un comunicado nos informó de la triste partida diciendo claramente, “para nosotros era papá”. Entendiendo bien que para tantos fue una figura imponente, gran filántropo, hombre de convicciones y un gigantesco y brillante actor.

El Oscar honorario que recibió de manos de Steven Spielberg no fue ni remotamente suficiente, pero ese día, en ese auditorio los aplausos y las expresiones de todos eran prácticamente una graduación de ser humano a leyenda viviente. Que ya no nos acompañe, que este en algún lugar con Stanley Kubrick quizás, tratando de entender las barbaridades nuevas de la meca del cine y similares, es algo que me genera una sensación de justicia, paz y si, la noción de que siempre existe la posibilidad de encontrarle un verdadero sentido a nuestro paso por esta vida.

Y sostengo. Sin duda hay otro tipo de grandes hombres hoy en día, pero Douglas sin duda, fue el último de su tipo.

susana.moscatel@milenio.com

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Susana Moscatel
  • Susana Moscatel
  • 25 años de periodista y conductora de entretenimiento. Ha publicado tres libros, traducido 18 obras y transmitido el Oscar y el Tony, entre muchos otros. Escribe de lunes a viernes su columna Estado fallido.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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