Ya sea Emma Stone o Lily Gladstone, quienes se lleven la presea a Mejor Actriz el próximo 10 de marzo, vale mucho la pena observar lo interesantes y distintos que son los cuerpos votantes en las distintas ceremonias.
El pasado sábado fue la actriz de Los asesinos de la Luna quien se llevó uno de los premios más agradecidos de cualquier temporada: el del Sindicato de Actores. Obviamente un reconocimiento donde te nominan y te votan tus semejantes tiene siempre un significado especial, y más en un año donde a ese grupo de personas los tuvo parados, sin poder hacer lo suyo, una histórica huelga.
Fue más que claro que Emma Stone, quien es la favorita de muchos por su enorme trabajo como Bella Baxter en Pobres criaturas, celebró el triunfo de Lily instantáneamente, y el hecho es que estas dos fantásticas mujeres llegan al Oscar con una oportunidad de ganar bastante similar.
¿Cuál es la diferencia entre una y otra ceremonia? Pues si en los SAG todo es votado por los actores que estén al día en sus cuotas (y cotizaciones), en los Premios de la Academia la cifra oficial hoy es de 9 mil 921 y funciona un poco distinto. Los mismos actores miembros de la Academia determinan las nominaciones y luego todos pueden votar.
Recuerden que hay desde directores hasta iluminadores, publicistas y editores, de todo en la Academia y eso sí hace una diferencia en temas de criterio al compararlo con un solo cuerpo de votantes. Por ello, y con todo y mi temeraria certeza de que ese Oscar será para Emma o para Lily, podría haber sorpresas.
Si la gran Sandra Hüller se lo llevara por Anatomía de una caída podría entender perfectamente la razón también. Por eso de verdad odio, y ya volveremos a ello, las quinielas que nunca juzgan las películas sino lo predecible de las intenciones de los votantes.
