Si algo ha dejado claro Yalitza Aparicio desde que la conocimos como actriz en la película Roma, de Alfonso Cuarón, es que es una mujer que tiene los pies muy bien plantados sobre la tierra. Por más envidias e intentos de hacerla tropezar, simplemente no se ha podido por un simple hecho: la mujer es congruente.
Miren, ahora hay un muy estúpido tema circulando en la web respecto a que si habló bien o no inglés en un video, y que si una “influencer de pronunciación en inglés” –¿qué carajos es una influencer de la pronunciación, por cierto?– aprobó o no su manera de pronunciar.
De ahí las cámaras a perseguir a la mujer, quien no le da la menor importancia a estas cosas y entonces, aparecen titulares como: “¿Ya se le subió la fama?” y necedades del tipo.
Disculpen, pero ¿se están leyendo?, ¿se están escuchando? Entiendo el deseo de generar tráfico y clics, pero ¿no se dan cuenta a qué nivel estamos bajando el discurso? ¿Sabrán que esas frases ni siquiera tienen el nivel de gatos arañándose en un callejón? ¿No se supone que somos los adultos responsables?
Si me leen enojada, es porque lo estoy. Estamos pasando por una serie de crisis terribles, en la salud, en la economía y, aún más fuerte, en nuestro trato de unos a los otros. Vamos encaminados a generar miseria por un poco de ventaja de demasiadas de nuestras acciones hoy en día. A nivel gubernamental, empresarial y personal. ¿No creen que en traumas tan intrascendentes podríamos al menos mostrar un poco más de humanidad?
Yalitza es solo el pretexto de este ciclo informativo. Y ella ni las debe ni las teme y, francamente, no creo que le importe mucho tampoco. La pregunta es: ¿nosotros qué tipo de personas queremos ser hoy?
Susana Moscatel
Twitter: @susana.moscatel