Antes de que los antiwoke griten, hay que anotar que la película híbrida del famoso Coyote (ese, del Correcaminos) no fue sacada por sus estudios de los calendarios de estreno por violencia. En realidad todos los reportes han indicado que la película les sirve más para deducir impuestos al no ser programada que en las pantallas. Ellos sabrán su cifras, pero ¿habrán olvidado al público? Porque muchos de los que vimos los adelantos de esta divertida persecución nos reímos como en nuestra infancia.
Eso no quiere decir que aguantaba la película entera, pero tardaron más de tres años en hacerla, ¿ni siquiera la van a mandar a su servicio de streaming? Hay algo sospechoso aquí. Sobre todo porque quienes trabajaron en la producción ya tienen permiso y comenzaron las pláticas para ver si la competencia: Netflix, Apple o Prime, están interesados.
Hay muchas producciones que están en situaciones similares porque el calendario de estrenos está alterado por los remanentes de la pandemia y el impacto de las huelgas. Es imposible encontrar una semana de las temporadas altas donde cintas que no se han estrenado (Dune 2, por ejemplo) no estén ya casi ocupando la mayoría de las pantallas y el interés. Y si bien el Coyote del Correcaminos tiene una larga historia de perder sus batallas (jamás me han podido comprobar que es real el capítulo en el que se come al fastidioso pájaro) este personaje sí es y ha sido amado por las multitudes. ¿Veremos la película? Espero que sí, porque si no, pasará como una censura más de nuestros bellos recuerdos.
