Avenida Amsterdam algunas noches posee la atmósfera de un espeso bosque, se han esfumado los corredores nocturnos, sus perros, los viejos solitarios caminando, las carreolas, el ruido, es porque llueve. Las personas no se mojan en la noche de San Juan. La luz revela el espacio y también el tiempo, Le Corbusier tenía razón. La fachada de Casa Amsterdam (1998), ubicada en esta avenida, obra del arquitecto y pintor mexicano Teodoro González de León, lo demuestra. El brutalismo va de salida en la arquitectura, aún así me asombra de vez en cuando. Qué blanco es a veces el miedo, qué blanco el color de ciertos momentos. La mar, magia, es como un beso. Caminas y tras de ti tu sombra, se inclina para tomarte de la mano justo cuando vas a caer, es como un sueño. Fue una noche, hace tiempo, el Wild O’ Fest, solo tres bandas cantaban en español: una de ellas era Dávila 666. Camino a casa no podía decidir si Rudi Protrudi de The Fuzztones me dejó temblando o fue la magia de AJ, ahora lo tengo frente a mí. Con su maleta de tour: siete camisas, tres pantalones, tres pares de medias y siete calzones, en esta ciudad fundó una nueva vida desde el 2014. Volver a Puerto Rico no era posible, tras la ausencia de Ernesto, su padre-abuelo, no podía ver aquella casa vacía. Fue ese hombre quien le enseñó a ser leal, a saludar a todas las personas por las calles sin mirarlos a los ojos, un código de barrio. Sonriente y amable, AJ es un hermoso gato callejero que derrama ternura en cada gesto, un hombre en plenitud de su mística particular. Nadie puede contarle lo que significa dormir en el piso o pasar hambre para sobrevivir apretando un sueño en el corazón: la música. Ya pertenece a esta ciudad, la mastica. Sus pasiones son complejas, una de ellas es el box, peleó como los grandes. A los 16 años ya era un profesional, producía hip-hop. El reggaeton nació en Puerto Rico, AJ asegura que siempre fue la música del futuro. Sus exitosos discos: Terror Amor (2014) y El Futuro (2017), producido por Sergio Acosta, son un incendio. A los cinco años aprendió a tocar violín, después piano, cuando tenía 11 tomó una guitarra.
Tocó en el cierre del mítico CBGB’s en New York City junto a Blondie y Patti Smith, le pregunto si ese suceso definió su vida. Tras un silencio hermoso me mira: existe algo más asombroso, el amor es sanador, he tenido una vida muy ruda, me gusta jugar con mis analogías existenciales. Una gira y un festival en puerta: el Freakout en Seattle, también tocarán las bandas mexicanas: Carrion Kids y Los Honey Rockets, demostrando que cantar en inglés no es necesario para triunfar. El video de su nuevo sencillo El Mar, en el que colaboraron, Cole Alexander, Crocodiles, Kate Clover y Marion Raw fue grabado en una locación secreta, el guión es de la cantautora mexicana Marion Raw. Su sonido es magia negra, no te deja indiferente. Se diluye la noche. El culto de AJ Dávila es el amor, ahí encontró y resguarda celosamente a su inmortal blue bird.
Susana Iglesias*
* Escritora. Autora de la novela Señorita Vodka (Tusquets)