Rudyard Kipling, autor del Libro de la selva, en algún momento escribió sobre las It Girls, esas mujeres que eran capaces de conquistar a cualquiera con un encanto único e irrepetible, que él llamaba “eso”. Ahora, casi 80 años después, ser una It Girl no solo es cosificador, sino perezoso.
Están esas It Girls, niñas ricas aburridas de todo, con la única, pero respetable función social y cultural de contagiar tendencias: hola, Poppy Delevingne. Otras más, se han vuelto parte de la decoración mediática y mantienen “eso”, porque sus rostros e historias se han vuelto costumbre: hola, Kim Kardashian.
Para ejemplo están las nueve temporadas de Keeping Up with the Kardashians, en donde el espectador ha visto la cotidianeidad de una familia que no hace nada. Esta Kim viendo la tele; Kim hace ejercicio con sus hermanas; Kim descansa en su sillón con el pantalón desabrochado, justo como su publicación en Vogue España. Kim sale de compras con su marido, aquel brillante y enorme productor y rapero Kanye West, vestidos a juego. Kim muestra a la pequeña hija de la pareja, North, en las pasarelas a pesar de estar en pleno grito infantil, al lado de una inmutable Ana Wintour. Kim espera su segundo hijo y el orgullo es que ¡no sube de peso!, y así, en una historia semanal que no apasiona ni convence, pero que hace creer que todo sigue, que el espectador realmente está convencido de que vale la pena mantenerse al día sobre la vida de las Kardashians.
Porque a las It Girls todo se les ha permitido y han recibido un sonoro aplauso ante el movimiento mínimo de sus cuerpos. Libros como Selfie (sí, un libro de las selfies de Kim), portadas polémicas, ropa, perfumes, accesorios, paparazzi, hashtags en los que se menciona a Kim como un modelo a seguir (#quisierasserKimpero y luego se suma algo despectivo), marcas, muchas costosas marcas, hacen preguntarse si acaso al monstruo no se le han dado más galletas de las indicadas o si, en palabras de Ibargüengoitia, no seremos como los habitantes de Pedrones que confundimos “lo grandote con lo grandioso”.
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