Hoy en día ya no es suficiente tener los dientes en un solo pastel, aunque de un bocado se pueda degustar, será más delicioso probar un poco de todos los pasteles, para poder vivir el ciclo de nuestra vida de manera exponencial, y así asegurar el crecimiento tanto en lo personal como en lo profesional.
Comencemos probando ese “pastel piñatero”; ah, qué delicioso es, solo con una cama de mermelada entre pan y pan y un merengue tradicional de cualquier color y sabor; no importa, así obtendremos nuestra carrera profesional que nos dará la pauta a poner en práctica los conocimientos.
Después probemos aquel “pastel alemán”, de chocolate con con coco, ¡qué rico! Que nos dará la especialidad en un conocimiento u otro que nos interese integrar a los básicos obtenidos.
Y de inmediato nos vamos a comer aquel pastel “marmoleado u ajedrez” como le dicen, con cuadros de chocolate y vainilla, este nos dará no solo la especialidad, sino la actualización de lo que buscamos tener más destreza y habilidades, pues es necesario hacerlo y comerlo de manera continua, le dicen los diplomados.
“La Carlota suiza” es la especial, pues rellena de frutas tropicales y blindada por esas ricas soletas nos dará la maestría para dominar cualquier tema y adherirlo a nuestra profesión, convirtiéndonos en maestros; y por qué no dar el brinco a comer el amo de todos los pasteles, “el fruit cake”, que no es muy común, pero le roba una partecita de su delicia a todos los pasteles, es el Doctorado PhD. Que nos convierte en filósofos en la materia; obtener este grado nos da la oportunidad de aportar nuestros conocimientos obtenidos a través de investigaciones doctorales, que nos convierten no solo en aportadores de metodologías y herramientas al tema, sino en verdaderos exponentes en el mismo.
Posteriormente podemos probar aquel pastel que le llaman “La Rosa Negra”, es el trabajo que encontraremos, como empleados o negocio propio. _
