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Queremos respuestas

  • Columna de Sergio Hernández
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  • Sergio Hernández

La abusiva construcción de un Centro de Convenciones en el Cerro del Fortín, en la ciudad de Oaxaca, me lleva a hacer públicas estas consideraciones. No son una intromisión; expresan mis convicciones ante la generalizada ceguera de los políticos en su maridaje depredador con empresarios y constructores.

Hay fortalezas —como esa terca necedad de construir un Centro de Convenciones al pie de un cerro emblemático— que parecen castillos de silencio, pues no solo están edificados con cemento, sino con el desprecio a los demás, ignorando su petición o su reclamo.

Construir una obra como esa en un zona protegida, en uno de los pocos espacios verdes que subsisten en la ciudad de Oaxaca, en un área donde se encuentran árboles con más de 50 años de antigüedad, no solo es ilegal, sino que representa otro acto más de soberbia, prepotencia, impunidad y descaro por parte de unos cuantos.

Que el inicio de las obras de construcción del Centro de Convenciones se oculte tras una cerca que impide el paso hasta de la vista, no es más que la coronación de una desvergüenza: de lo que hay allá dentro y cocinan sus promotores, nada se transparenta hacia afuera. Ciega y muda, según ellos, debe quedar la sociedad interesada.

A quienes se quejaron y pidieron información, les enviaron a un grupo de hombres armados con palos para golpearlos. El hecho no es solo abusivo, inmoral e ilegal, es incluso delictivo. Desobedecer la orden judicial de suspender la obra es un desacato flagrante que debería pagarse con la cárcel.

En Oaxaca existen diversas organizaciones que trabajan por la defensa del patrimonio cultural y natural del estado: organizaciones de urbanistas, ambientalistas y ecologistas que trabajan en la ciudad y con las comunidades en proyectos sustentables. Estas organizaciones no gubernamentales y patronatos conviven con la sociedad civil de manera orgánica, participando activamente y generando acuerdos. Al parecer, ni a este sector tan importante, ni al resto de la sociedad civil, se le informó, invitó o consultó sobre el proyecto del Centro de Convenciones.

Muchos nos preguntamos: ¿es una necesidad prioritaria la construcción de un Centro de Convenciones? Según los especialistas, no existe un estudio serio sobre el impacto ambiental y urbano que mida la evidente afectación del entorno. De tal manera, no se sabe si este proyecto es seguro para los vecinos, sobre todo tomando en cuenta que es una zona de fallas geológicas.

El gobierno debería ser el principal promotor de medidas oportunas y dar cauce a los descontentos, debería saber escuchar las necesidades expresadas por su pueblo y generar vías adecuadas para responder a ellas efectivamente. Evitar la impunidad es obligación del gobierno y sería una prueba de autoridad moral y de legitimidad. Pero, por lo pronto, no hay quién informe. Tampoco ha surgido quién haga acatar la orden del juez.

La sociedad civil exige la reubicación del proyecto y nadie responde. Será quizá porque nadie oye.

Debemos hacer visibles estos atropellos y abusos, o estaremos condenados a ser cómplices pasivos de la violación frecuente de áreas protegidas y la destrucción de nuestro patrimonio natural y cultural. No seamos solamente los mudos espectadores de un hombre digno que se atreve a remontar una muralla de silencio para ver si alguien responde.

Queremos respuestas.

*Pintor. Ciudadano Mexicano

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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