Entre la nula autoridad de los directivos de la Liga Mexicana de Futbol, los caprichos de algunos equipos a aferrarse a sus horarios y las incontables peticiones que se vuelven exigencias de los propietarios de derechos de transmisión, los horarios de los juegos en la parte deportiva y comercial más importante del producto llamado futbol mexicano, ha dejado una mancha de duda, como todas las últimas decisiones tomadas en los escritorios del balompié nacional.
Temas con arbitraje, ocultan los audios del VAR que antes era una costumbre escucharlos y en esta ocasión, en juegos clave, en donde fracturan a un portero, fueron guardados para no dejar al descubierto el pleito interno, que no ha podido solucionar la Comisión de Arbitraje. Y a las semanas siguientes echan a un equipo de la Liguilla por determinaciones con toda falta de criterio de los silbantes.
Para los horarios todos apuntamos a Coapa, América o Televisa que es el mismo caso, y como la Liga permitió que las Águilas actuarán el miércoles con dos partidos ya designados, el tema es que los de Coapa estaban listos para jugar la Liguilla el domingo al mediodía.
No obstante, el gobierno de la CDMX no les permitió ese horario al tener juego de Cruz Azul en Ciudad Universitaria y un concierto en la Plaza de Toros en la tarde, por lo que sumar un encuentro más pondría en jaque el tema de seguridad en alguno de los eventos.
Cruz Azul tampoco podía jugar el sábado en CU, ya que la UNAM tiene un evento público ese día en la noche, por lo que el acomodo para los que vigilan la seguridad de los participantes sería muy arriesgado.
La CDMX tuvo que intervenir y para sugerirle a la Liga que cuidara los horarios y no empalmara los juegos de los equipos en la capital del país, los horarios tuvieron que recorrerse. Tigres y Toluca escogieron primero y en muestra de respeto a sus aficiones no permitieron que les modificaran los horarios solicitados, al haber ganado en la cancha ser 1 y 2 en la tabla general.
Con tantas sugerencias y peticiones de alcaldías y equipos, la Liga, como siempre, ejecutó lo que se le indicó y buscó la manera de justificarlo en su antiguo y obsoleto reglamento, que rara vez cumple, para así otorgarle a cada quien parte o la totalidad de lo que pedía.
Urge reordenamiento
Hoy la realidad del futbol de escritorio, al que le han dado al traste con su producto es a la falta de personalidad, carácter y decisión.
Los directivos se han vuelto ejecutantes, no propositivos, ni prioritarios, ellos están para ejecutar lo que se decida y eso le ha dado muchos golpes a su negocio, el no priorizar la parte más importante de su torneo como debe de ser, con horarios que todos los vean, con horarios prime para los ochos equipos, deja mucho que desear, independientemente del mercado que sea y la zona que sea.
El futbol mexicano necesita un reordenamiento y con las actuales cabezas no parece tener sentido, ni orientación.