Si usted como un servidor se indignaba cada vez que veía o escuchaba las entrevistas que dio Ana Guevara a medio mundo (excepto a periodistas deportivos), se dio cuenta que ya llevaba su discurso muy bien hecho y que no se salía de lo que iba a decir hasta con lo de los calzones, lo de vender Avon y Tupperware, lo repitió religiosamente, sin que se diera cuenta que cada vez que lo decía se hundía más.
Esta estrategia de dar muchas entrevistas a personajes que no son de tu ámbito ha sido durante mucho tiempo una estrategia de comunicación para que puedas justificarte diciendo que sí diste entrevistas, pero no necesariamente con gente que te pueda cuestionar o que esté empapada del tema que se te pregunta. Es una estrategia muy usada por el presidente de la Liga Mx, Mikel Arriola, quien confía mucho en sus allegados de prensa y solamente le ponen a periodistas que son de información general y muy pocos de deportes; recuerdo hace unos meses que dieron un informe en la Liga y posteriormente las entrevistas fueron a Joaquín López-Dóriga, Oscar Mario Beteta, etc, pero a muy pocos de deportes; de hecho, la única entrevista que sí fue difícil para él fue en Futbol Picante, con Yon de Luisa. Se trató de un episodio muy decepcionante, obviamente porque todos los que estaban ahí eran periodistas deportivos.
Pues este modelo lo utilizó Ana Gabriela Guevara al conceder entrevistas a Ciro Gómez Leyva, Pepe Cárdenas, entre otros que por supuesto la cuestionaron por el tema del nulo apoyo a las nadadoras, pero no tenían toda la información sobre este tema; y si lo tenían, no sabían totalmente cómo confrontarla, ya que Ana y Kiril Todorov, ex presidente de la Federación Mexicana de Natación, tienen mucha historia, la cual nadie abordó por ese lado.
Ahora, aunque Ana les dio mucho material e incluso les facilitó el poder cuestionarla, se vieron muy calmados con ella y aquí es donde yo creo que un periodista deportivo hubiera aprovechado más el tenerla de frente y cuestionar, además de que la señora se enoja muy fácilmente y pierde los estribos y por eso fue precisamente la estrategia ir con los periodistas de información general, quedar bien con el presidente de que dio la cara y ya.
Desafortunadamente no sé quién sea su media trainer, pero me imagino que la odia, porque si desde la primera entrevista se dio cuenta de los comentarios clasistas y despectivos que hizo, no fue para decirle que le bajara a su tono y todavía siguió con el mismo en todas las demás entrevistas, en las que se hizo la víctima como es su costumbre y evidenció que sí le hace falta mucha educación… y no me refiero a la de asistir a una institución educativa, que esa ya sabemos que no la tiene, sino la otra: la que te enseña a respetar a las otras personas.
Este fue un ejemplo para las escuelas de comunicación de que cómo en cuatro días puedes destruir tu imagen de atleta exitosa y pasar de los aplausos a los abucheos generales.