¿Cuándo se hará efectiva la renuncia de estos obispos, incluido el arzobispo de Guadalajara? Cada caso se ve, en particular, las circunstancias locales, en particular del presbiterio local (sacerdotes de esas diócesis), las condiciones de salud y ánimo de los obispos, y por qué no, el reacomodo de grupos y fuerzas al interior del episcopado mexicano. No olvidemos, además, que hay otras seis diócesis sin su respectivo obispo, lo que amplía el universo de promoción de nuevos obispos o el reacomodo de uno que otro obispo de una diócesis a otra, o asignar algún auxiliar a una de las diócesis tendrían un sucesor al hacer efectiva la renuncia o llevarlos a una de las sedes vacantes, que son: El Nayar, Nogales, Nuevo Casas Grandes, Nuevo Laredo, Tacámbaro y Tuxtla Gutiérrez.
¿Y en el caso de la Arquidiócesis de Guadalajara? Esa se cuece aparte. Su importancia, peso y trascendencia no solo en México, sino a escala global, amerita un trato directo, atento, del Vaticano y el Papa (y no por ningunear diócesis pequeñas).
Si consideramos el tiempo que en promedio permanecen el cargo obispos que han cumplido 75 años y no se les ha hecho efectiva su renuncia, entonces Robles Ortega estaría entre dos y tres años más (mientras no se disponga lo contrario). De Robles Ortega no se conocen (públicamente) situaciones de salud que ameriten hacer efectiva pronto su renuncia, no es “problema social” para el parecer de la Iglesia, y se desconocen desavenencias con el Vaticano. Se desconocen.
Lo que sí no hay que perder de vista es que con los 75 años se abre el proceso de sucesión. Desde quienes buscarían la sede de Guadalajara, que con la Ciudad de México son referentes internacional-eclesiásticos. Bueno, Monterrey se ha movido mucho, y va a la cabeza en la Iglesia mexicana, promoviendo al mayor número de obispos de México, desbancando a la histórica Guadalajara.
¿El sucesor de Robles Ortega sería un obispo surgido y formado en el presbiterio de Guadalajara? Se ve muy difícil, pues, aunque tiene obispos auxiliares surgidos de esta arquidiócesis, para el cargo de arzobispos se busca ordinariamente a un obispo con experiencia o trayectoria al frente de una diócesis, no un auxiliar. Caso especial fue del de José Garibi Rivera, quien comenzó como auxiliar de Guadalajara (1930), pero que a los cuatro años fue hecho coadjutor (es decir, con derecho a sucesión del entonces residencial, Francisco Orozco y Jiménez), asumiendo la titularidad residencial en 1936.
A la fecha, en funciones hay ocho obispos surgidos del clero de Guadalajara. De estos, cuatro son auxiliares de Robles Ortegas: Ramón Salazar Estrada (61 años), Manuel González Villaseñor (60.4 años), Héctor López Alvarado (50.4 años) y Engelberto Polino Sánchez (58.2 años); en tanto, residenciales (al frente de una diócesis: José Leopoldo González González en San Juan de los Lagos (69.3 años), Eduardo Muñoz Ochoa en Autlán (55.6 años), José Francisco González González en Campeche (58.2 años) y Javier Navarro Rodríguez en Zamora (74.6 años).
¿Y si se busca fuera de obispos surgidos de Guadalajara, como sucedió con Juan Jesús Posadas Ocampo, del clero de Morelia, Michoacán?