Espectáculos

Hipertonos (versión definitiva)

  • Music Club
  • Hipertonos  (versión definitiva)
  • Rodrigo Ruy Arias

La admiración es un feliz abandono de uno mismo; la envidia una desgraciada reivindicación del yo.

S. Kirkegaard


El grito es un tema recurrente en la creación artística. Edvard Munch, Francis Bacon en la pintura, Nick Ut (La niña de Vietnam), Maurizio Buscarino, José Hernández Claire en la fotografía y los paratextos o el “arte” de Gerald Scarfe para el proyecto multimedia “The Wall”, son ejemplos.

Símbolo de la angustia del ser humano–en la música es una catarsis-, el grito tiene en el rock a grandes exponentes.

Recomiendo a Ian Gillan de Deep Purple, con Child in Time –canción que actualmente sonoriza un comercial-, y Getsemaní, de la ópera rock de los años setenta Jesucristo Superestrella.

En lo más alto del monte, Gillan –que encarna a Jesucristo-, entona una plegaria:

Why I should die

Would I be more noticed than I was ever before?

Would the things I’ve said and done matter anymore?

I’d have to know I’d have to know my Lord

I’d have to see I’d have to see my Lord

La voz de Gillan –con sus intensísimos agudos-, nos lleva a los momentos más dramáticos de la música y el arte.

Luego está Robert Plant –a quien Pierre Boulez catalogara alguna vez como “cantante de ópera frustrado”-, con Since I´ve Been Loving You y The Immigrant Song, donde con su virtuosismo vocal, reproduce el cántico de las ballenas.

En el mismo nivel de importancia se encuentra The Great Gig in the Sky de Pink Floyd, quinto track de su obra maestra The Dark Side of the Moon. Alguna vez escuché a David Gilmour, en un programa de televisión, comentar: “Le dijimos a Clare Torry (la cantante), que improvisara lo que quisiera, que nosotros solamente haríamos una secuencia armónica de fondo. La grabación se hizo en una sola toma. Al final Claire estaba consternada, nos dijo “ni se les ocurra editar eso”. Estábamos sorprendidos porque su interpretación nos había parecido genial. Por supuesto que la editamos”.

Cierro esta columna citando a Søren Kirkegaard, en su libro Tratado de la deseperación, pues creo que sus palabras contextualizan la qualitas occulta del acto artístico: “Lo que falta es, en el fondo, la fuerza de obedecer, de someterse a la necesidad incluida en nuestro yo, a lo que puede llamarse nuestras fronteras interiores”.

Más hipertonos en quince.

leverkhun1@outlook.es

Twitter: @AlterRuy

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.