Ahora resulta que el movimiento del presidente más feminista de la historia de México y el de la primera Presidenta mujer está usando la defensa del género no solo como coartada para imponer la peor de las censuras, sino como un bálsamo expiador de todos los pecados de sus Evas: bajo la T4 basta ser mujer para poder robar, mentir, transar, reprimir y corromper sin que nadie pueda atreverse a tocarte ni con el pétalo de un tuit.
Laisha Wilkins se rió cuando el portal de noticias de Carmen Aristegui apodó a la candidata perdedora a la Suprema Corte, Dora Martínez, Dora la Censuradora, y el Tribunal Electoral de inmediato amenazó a la tuitera con multas mayores. ¿Del intento de la fallida ministra por silenciar y censurar unas notas que molestaron a uno de sus patrocinadores? Ni pío.
Layda Sansores le cerró el periódico y busca meter al bote al periodista jubilado Jorge González por unas columnas que la pintan como mentirosa y corrupta. La Presidenta la defendió así: “Ella no quiere llevar a nadie a la cárcel, lo que quiere es que se reconozca que hay un asunto de misoginia y de odio vinculado con ser mujer”. ¿De las bien conocidas corruptelas de Sansores, de su abyección ante el amado líder, de su prepotencia y de sus atentados contra el buen gusto? Nada de nada.
Héctor de Mauleón denunció a Tania Contreras, ex asesora jurídica del gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, por sus vínculos con redes de huachicol. Sus datos personales fueron ventilados y ahora él y su periódico enfrentan multas y sanciones; ¿de la complicidad entre Contreras y su cuñado, señalado por la mismísima Sedena, por no decir entre el ex jefe de la abogada y lo que queda del Cártel del Golfo, cercanía que data desde Américo Villarreal Guerra, el padre, que cuando fue gobernador nombró subprocurador a Raúl Morales, hijo del abogado de cabecera de Juan Nepomuceno Guerra? Silencio.
La última de la serie: el Tribunal Electoral del estado de Guerrero sancionó al director general de Acapulco Trends, Jesús Gabriel Castañeda Arellano, con una multa de 22 mil pesos y la publicación durante 15 días de disculpas públicas en su portal por haber acusado de corrupta a la alcaldesa de Acapulco, Abelina López. De los creíbles desvíos de más de 800 millones de pesos, y de su desastrosa gestión cuando el huracán Otis, ni una sola palabra.
Artículo 19 menciona que casi una tercera parte de todos los procesos abiertos el año pasado contra periodistas llevan la etiqueta de violencia de género. En contraste, el mensaje de la oficialidad a quienes verdaderamente son víctimas de las peores agresiones parece ser que se vayan al carajo: encima del desprecio institucional hacia las mujeres violentadas y las madres buscadoras, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, insiste en remarcar que la maestra Irma Hernández, asesinada luego de que la Mafia Veracruzana la usara para amedrentar a los comerciantes a pagar sin chistar, murió de un infarto, ella solita, “les guste o no les guste”. Que si fuera morenista y le hubieran hecho un meme socarrón, ya tendría toda la fuerza del Estado detrás.
