Política

Hay un solo bastón de mando,el otro es una réplica

No pasó demasiado tiempo antes de que los intereses políticos de Sheinbaum y López Obrador se desencontraran; por más afines que sean, es algo normal que surjan contradicciones entre dos personas dirigentes de un mismo partido

Cuando Claudia Sheinbaum recibió el bastón de mando de manos del presidente López Obrador se armó un gran revuelo porque no era el mismo que los líderes de los pueblos originarios hubiesen entregado en diciembre de 2018.

Mientras el recibido por la nueva líder de la autoproclamada cuarta transformación tiene como empuñadura un águila mexicana de pico amarillo, el original porta una serpiente emplumada que representa a Quetzalcóatl.

Hay que preguntarse si aquel ritual simbólico tuvo realmente el significado implicado. El viernes 8 de septiembre López Obrador aseguró que, a partir de la entrega de ese objeto, dejaría de ser el líder del movimiento que él fundó para que Sheinbaum ocupara su lugar.

Sin embargo, recién ocurrió un primer descalabro político que pone en duda la sinceridad de la transmisión del poder. No fue la nueva líder política del oficialismo quien intervino para resolver la candidatura para la Ciudad de México, sino el que se guardó la vara de Quetzalcóatl.

Arriba en las encuestas de Morena para la Ciudad de México salió triunfador Omar García Harfuch, colaborador cercanísimo de Sheinbaum. Sin embargo, sorpresivamente, este hombre fue llamado a conversar a Palacio Nacional donde se le solicitó que declinara a favor de Clara Brugada, correligionaria de López Obrador desde hace 30 años.

El argumento para desbancar al triunfador de los sondeos fue la decisión del INE en el sentido de que deberán ser ocupadas por mujeres cinco de las nueve candidaturas para el gobierno de las entidades que tendrán elecciones el próximo año.

No obstante, había un acomodo distinto para permitir el cumplimiento de este criterio sin que García Harfuch saliese sacrificado. Si en Tabasco, la tierra del presidente, Yolanda Osuna hubiese conseguido la precandidatura, en vez de Javier May, el resultado habría dejado satisfecha por partida doble a Claudia Sheinbaum, primero porque su ex secretario de Seguridad habría obtenido en la capital lo que, según las encuestas se merecía y, segundo, porque Osuna era la carta fuerte de Adán Augusto López, enemigo acérrimo de Javier May y, al mismo tiempo, aliado de Sheinbaum.

El domingo 15 de octubre Sheinbaum visitó Tabasco y ahí hizo saber que estaba consciente de las divisiones internas prevalecientes en su partido. Tomó también parte en el conflicto cuando respaldó sin ambigüedades a Adán Augusto López. Lo llamó “un compañero de primera” y un aliado fundamental de cara a los comicios del año próximo.

Quienes entienden de política tabasqueña asumieron ese gesto como un mal augurio para Javier May, ex secretario del Bienestar y, hasta hace poco, responsable de Fonatur y, por tanto, encargado en la trinchera civil de la construcción del proyecto del Tren Maya. El hecho de que Sheinbaum hubiera metido las manos por Adán Augusto fue leído como una descalificación para May y, por lógica, como una oportunidad para la presidenta municipal de Villahermosa, Yolanda Osuna.

El acto del 8 de septiembre, cuando Claudia quedó como líder de la 4T. Araceli López
El acto del 8 de septiembre, cuando Claudia quedó como líder de la 4T. Araceli López

En clave paralela, el ascenso de una mujer a la precandidatura de Tabasco habría permitido que, para la capital del país, García Harfuch pudiera ser el cuarto abanderado varón en los comicios del próximo año.

Tabasco por la CdMx, ese habría sido el trueque perfecto. Si López Obrador cedía a favor de Osuna, en su tierra natal, Sheinbaum podría sacar adelante la opción que mejor le convencía —no solamente por la cercanía política que tiene con García Harfuch— sino también porque, de haber sido éste el abanderado de Morena, el oficialismo se habría impuesto muy por encima de sus adversarios en 2024.

Esto es así porque, a diferencia de Brugada, el ex secretario capitalino de Seguridad cuenta con mejor aceptación de la clase media chilanga, un argumento nada desdeñable en una ciudad donde el rechazo a la izquierda morenista es mucho mayor en comparación con otros lugares.

Sin embargo, las cosas sucedieron de manera distinta a como Sheinbaum hubiese preferido. En Tabasco se ratificó el triunfo de May, con ello una derrota política contundente en contra de Adán Augusto López, mientras que, en la Ciudad de México sucedió el triunfo de Clara Brugada, a quien López Obrador prefirió siempre sobre García Harfuch.

Si esto hubiese sido partido de futbol, el marcador resultó dos a cero a favor del bastón de mando con la empuñadura de Quetzalcóatl. Para confirmar quién ostenta sin disputa el poder nacional, no fue Sheinbaum quien negoció la declinación de su favorito, sino el presidente de la República. Se rumora que, ayer por la tarde, López Obrador se entrevistó con García Harfuch para darle la mala noticia.

En ese encuentro seguramente no hablaron de Javier May, cuya reputación en Tabasco ciertamente no es la de un hombre brillante. Es de esos que pueden reconocerse porque profesa 90 por ciento de lealtad contra 10 por ciento de capacidad.

Hay también filtraciones que ubican al ex policía como fiscal general de Justicia de la Ciudad de México. Aunque menos factible, igual se le ubica como posible sustituto de Alejandro Gertz Manero, al frente de la Fiscalía General de la República ya que, en el pasado, laboró dentro de esa dependencia como director de la Agencia de Investigación Criminal.

También cabría que se sumara a la campaña presidencial de su ex jefa, Claudia Sheinbaum, haciéndose cargo de diseñar la oferta política en materia de seguridad. Pero esta desembocadura presenta un problema. Si García Harfuch llegara a ser secretario de Seguridad a nivel federal, no sería para subordinarse a la gestión militar del combate contra el crimen organizado.

Si en algo se distinguió el ex funcionario de Sheinbaum en la Ciudad de México fue en que resistió, cuanto pudo, a pintar de verde las tareas policiales. A excepción de las breves incursiones de la Guardia Nacional cuando hubo robo de cables de cobre en el Metro de la ciudad, durante la mayor parte de su gestión en la capital, los militares se mantuvieron dentro de los cuarteles. 

No pasó demasiado tiempo antes de que los intereses políticos de Sheinbaum y López Obrador se desencontraran. Por más afines que sean, es algo normal que surjan contradicciones entre dos personas dirigentes de un mismo partido. Lo relevante, en todo caso, es que en esta primera ronda el bastón de Quetzalcóatl confirmó ser el verdadero, mientras que el otro parece ser una réplica.

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Ricardo Raphael
  • Ricardo Raphael
  • Es columnista en el Milenio Diario, y otros medios nacionales e internacionales, Es autor, entre otros textos, de la novela Hijo de la Guerra, de los ensayos La institución ciudadana y Mirreynato, de la biografía periodística Los Socios de Elba Esther, de la crónica de viaje El Otro México y del manual de investigación Periodismo Urgente. / Escribe todos los lunes, jueves y sábado su columna Política zoom
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