En 2016 los británicos acudieron a un referéndum nacional para manifestar si se mantenían o sí salían de la Unión Europea, el resultado fue sorpresivo para el entonces primer ministro David Cameron, pues el 52 por ciento de los votantes optó por salir de la relación con los demás países de Europa.
Con la llegada de la primer ministra Theresa May se le dio el seguimiento al Brexit; sin embargo, no contaba con el apoyo del congreso como para emprender la salida de la Unión Europea.
No fue hasta la llegada del actual primer ministro Boris Johnson, que obtuvo una aplastante victoria por parte de los conservadores, quienes tuvieron la mayoría para poner una fecha a la salida.
Este 31 de enero marcó una fecha simbólica e importante para todo el continente, ya que comienza la separación que hubo entre Gran Bretaña y Europa por 47 años. Comienza el periodo de transición de 11 meses para ponerse de acuerdo para la separación que incluya los acuerdos comerciales, marítimos, espacio aéreo, de ciudadanía y residencia, incluso hasta de cuestiones futbolísticas.
¿Qué sigue para los británicos? Los efectos inmediatos se reflejaron en el parlamento europeo, donde los diputados abandonaron sus escaños. Lo demás permanece igual; sin embargo, el gobierno inglés ha solicitado que los acuerdos comerciales sean parecidos a los firmados entre la Unión Europea y Canadá, sin contar que ese tratado tardó 7 años en negociarse.
La salida de Gran Bretaña de la Unión Europa representa la pérdida del segundo socio comercial más importante, después de Alemania, de los que más aportaba en ingresos, militarmente hablando una potencia mundial. Claro que será un duro golpe a la potencia que representa el bloque europeo. Sin embargo, los británicos siempre se presentaron reacios a cumplir con las normas que imponía el bloque, como el uso de una moneda común, ya que eran los únicos que no adoptaron al euro como moneda, permanecieron con la libra.
Las razones que tiene Boris Johnson para exigir la salida del bloque es que los acuerdos comerciales no son benéficos y que la movilidad ha afectado. Muestra un gran proteccionismo para fortalecer el mercado interno, así como su homólogo Trump, tal vez ahí las similitudes y apoyo por parte del presidente de los Estados Unidos.
Tanto Francia y Alemania se encuentran preocupados por el próximo acuerdo que se tenga con el Reino Unido, pero en lo que sí coinciden es que entre más distancia ponga Gran Bretaña entre sus reglas y las de Europa, más dificultarán el acceso al mercado europeo.