Mientras más grande es el vínculo emocional con el dinero, es más probable cometer errores con él", escribió John Authers, del Financial Times, hace un par de semanas, al referirse a un estudio de la institución financiera State Street.
Authers y el estudio tienen razón. Y no solo pasa con el dinero, también con las personas que amamos: más coraje da cuando tu mamá te dice qué cambiar que si te lo dice un desconocido. Es tu mamá, la amas y te duele. Entre más estimas algo, es más complejo poner la distancia necesaria para tomar decisiones correctas en momentos complejos.
Cómo manejamos el dinero, cómo gastamos y cuánto tenemos es un reflejo de nosotros, o eso sentimos. Pero, depende del amor que le tengas si te endeudas o ahorras. Authers añade que quienes adoran el dinero se tardan más en ahorrar para su jubilación.
El dinero es un tema ligado a las emociones y en México sigue siendo tabú. Es más fácil hablar de sexo que de dinero, dice una encuesta de ComparaGurú.com.
Hablar de dinero con la pareja es difícil porque implica dos cosas que amamos. En México, tres de cada 10 personas no saben cuánto gana su pareja o si tiene deudas. Al invertir la pregunta: ¿sabe tu pareja cuánto ganas o si tienes deudas? La respuesta es que dos de cada 10 mexicanos no lo han compartido. Por ahí andan un par de parejas financieramente infieles.
La infidelidad financiera es vivir un caso así: tú compartes gastos con tu pareja pero nunca hablan de cuánto gana cada quién y, por lo tanto, cuánto contribuye cada uno, entonces la carga no es pareja. Alguno de los dos puede sentirse abusado por el otro. Cada pareja deberá encontrar cómo se organiza con el dinero, qué se cuenta y qué no, cuánto aporta cada uno. Lo que me parece importante es separar las dos cosas y entender que el amor por la pareja es muy distinto a las emociones que le ponemos al dinero.
Quizá por eso Jonathan Swift, el ensayista irlandés, dijo que "un hombre sabio debe tener el dinero en la cabeza, no en el corazón".
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