En este espacio hemos hablado ya en otras ocasiones sobre el recurso humano que requerirán las empresas del sector energético en los próximos años, así como el déficit que existe en el país para cubrir los puestos de ingenieros y técnicos en el sector.
El problema no es menor y menos aún cuando hay en el mercado un sinfín de universidades que ofrecen ingenierías en el sector. Tradicionalmente el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México eran las que formaban a los profesionales y técnicos del sector; estos eran recibidos por las paraestatales Pemex y CFE que terminaban la formación de este recurso.
Hoy para la tercera licitación de la Ronda Uno hay registradas alrededor de 54 empresas las cuales requerirán en los próximos años más técnicos e ingenieros que puedan cubrir la demanda de personal.
Según las proyecciones en los próximos años, ocho de cada 10 empleos estarán ligados a la reforma energética; las instituciones del estado como Conacyt desde 2014 y hasta el 2018 ofrecerán 60 mil becas para formar al capital humano que hoy se requiere.
Ante este escenario no son pocas las escuelas que han visto un área de oportunidad, y cada vez son más las que ofrecen programas de formación para nuevos ingenieros, pasando por alto que lo que más se requerirá serán técnicos, y que estos estarán muy bien pagados; según las empresas especializadas en recursos humanos, las percepciones anuales de un técnico del sector energético rondan los 200 mil dólares al año.
Pese a este panorama, insisten en ofrecer formación para ingenieros; sin embargo, los programas no parecen serios: en el IPN o en la UNAM la carrera de Ingeniería en Geología, por ejemplo, demora de cuatro cinco años de formación. Las nuevas ofertas apuntan a formar ingenieros en año y medio o dos años, y los técnicos del Politécnico se forman en seis semestres.
Aunque en el campo de la energía hay un gran potencial y un mercado interesante para las nuevas generaciones, es importante tomar en cuenta que no todo lo que hoy brilla es oro y que urge regular el mercado educativo, porque están jugando con las expectativas de jóvenes interesados en incursionar en el mundo laboral de la energía y están vendiendo ilusiones de oropel.
En año y medio, algunas ofrecen clases solo los sábados, no hay forma de que quienes opten por estos timadores adquieran las habilidades que requiere la industria; de entrada es necesario que hablen inglés. Un año y medio con clases sabatinas solo cubriría la formación de una lengua extranjera y no en el nivel técnico que requiere la industria. Urge regular a las escuelas.