Ha existido una hipocresía legislativa y del Ejecutivo hacia Petróleos Mexicanos por muchos años y esto continuará por más décadas.
Es una industria de alto riesgo, la cual necesita un alto Opex (Operating Expenses) para mantener o incrementar la producción de hidrocarburos, su transformación en combustibles y al mismo tiempo una logística segura, para que las personas que están operando se sientan seguras ante toda la infraestructura necesaria.
El Opex de Pemex de 2014 a 2018 ha presentado una variación alineada al incremento o decremento de la producción, representando alrededor de entre 35 a 45% del total del dinero que la empresa invierte entre el Capex (capital expenditure) y éste.
Entonces podemos indicar que la empresa está en quiebra desde un punto de vista del balance financiero o con una deuda hasta el momento impagable, dejando a un lado la operación.
Pemex no es una empresa quebrada todavía desde un punto de vista de un balance financiero. Está sana hasta el rendimiento operativo, y fracasa como empresa cuando adicionan los costos del financiamiento de la deuda, impuestos y derechos, y otros rubros. La empresa fue la caja chica de la nación para poder cubrir su gasto corriente.
Si hubiera voluntad y en México realmente existiera una transición real de la energía, y no solo del cómo generar la electricidad, podríamos ser considerados un país desarrollado, pero esto no podrá ser porque no existen planes de largo plazo.
México depende del mejor recaudador de impuestos que haya creado, usado y mantenido: Pemex.
¿Qué país no quisiera tener una empresa del Estado que pague impuestos y también recaude? A Pemex lo obligan a tener esta función durante el periodo fiscal vigente, de acuerdo con la ley de ingresos de México, en su artículo 7.
Antes de la reforma energética, la empresa del Estado recaudaba entre 25 a 30% del total de ingresos del sector público. Al entrar en vigor, ésta pasó de 30% a 13%, es decir, bajó el porcentaje pero en pesos corrientes ha mantenido entre 800 mil millones de pesos a 950 mil millones derivado de la necesidad de un mayor gasto de la nación.
Pero aquí es donde está la hipocresía hacia la empresa. Pemex perfora, transforma, mueve, vende, recauda y endeuda, porque es parte del ingreso del país. Pero le indican que no gaste mucho en mantenimiento, y al Opex hay que mantenerlo aunque aumente los riesgos ante el incremento de la actividad productiva con la misma infraestructura.
En 2021, Fitch dejó de tener una relación con Pemex pero siguió haciendo sus reportes para sus otros clientes y que tienen algunas inversiones por la compra de bonos de la empresa.
Esta calificadora bajó el grado especulativo de inversión a Pemex en donde se considera clave la falta de gastos de capital de mantenimiento en sus activos principales e infraestructura.
Podemos resumir ciertos hallazgos y consejos no solicitados, y que deberían ser considerados por la empresa del Estado, y sobre todo la nación:
a) Múltiples accidentes en las instalaciones operativas han tenido como resultados víctimas y sus empleados han salido lesionados.
b) Daños a infraestructura y activos críticos por accidentes reflejan una falta de gastos de capital, de mantenimiento en sus activos e infraestructura principales. Este año podría tener mayor dinero del Opex para este derivado por el tipo de cambio actual.
c) Incertidumbre sobre la capacidad y voluntad del gobierno mexicano para mejorar la posición de liquidez y estructura de capital de la empresa en los próximos 2 años.
d) Vencimientos de bonos de deuda internacional por 4 mil 600 millones de dólares en 2023 y 10 mil 900 millones de dólares en 2024 en dólares.
e) El refinanciamiento de la deuda expondrá a la empresa a mayores gastos por intereses que estresarán aún más su flujo de efectivo, ante tasas altas en los mercados financieros y poder conseguir similares tasas a los actuales.
f) El costo de refinanciamiento, asumiendo que sus diferenciales actuales, a largo plazo en el mercado, oscilan entre 8% y 12%. Depende de los mercados internacionales a cuánto será la tasa del préstamo.
g) Pemex será una responsabilidad creciente para el gobierno a diferencia de años anteriores, donde la participación del gobierno superó las necesidades de respaldo de efectivo de Pemex. Fitch estima, según su caso de calificación, que el gobierno tendrá que gastar aproximadamente 20 mil millones de dólares más de lo que recibe de la compañía en 2026 y 2027, para mantener a Pemex a flote.
h) La disminución de la salida de efectivo es el resultado de un costo de interés más alto que reducirá el efectivo disponible para la participación y el gasto de capital del gobierno; la compañía necesitará gastar al menos 10 mil millones de dólares por año en gastos de capital.
Pregunta: ¿Pemex es una empresa creada para recaudar o para sacar energías primarias para su transformación?
Para ayudar a la empresa se puede hacer lo siguiente:
1. Eliminar los ingresos del presupuesto anual, el precio del barril y no condicionar como todos los años para producir más barriles y ajustar con esto el déficit presupuestario.
2. Realizar una nueva reforma fiscal y contemplar eliminar a Pemex de la responsabilidad dada en el artículo 7 en la ley de ingresos, buscando nuevas formas de poder tener ingresos, no aumentando, pero sí permitiendo nuevas inversiones en el país.
3. Reducir el déficit presupuestario debido a que año con año ha aumentado, y hoy es más de un billón de pesos para 2023, y que en realidad, ante una recaudación baja y constante, se generaría más estrés a Pemex para recaudar más dinero.
El próximo administrador de México podrá tener la oportunidad de eliminar los hidrocarburos de los ingresos. Recordemos que en México de 60 a 65% del gasto programado es utilizado en la parte del desarrollo social, los cuales no originan impuestos como el que pudiera haber en la parte del desarrollo económico.