Cultura

Sentado aguardaba en el cafecito...

Sentado aguardaba en el cafecito que se ubica a las afueras del máximo de nuestros coliseos, el teatro Degollado. Ahí pactamos a vernos.

¡Sí! era él, el mismo que llegó a casa hace más de 30 años cuando vivía allá por el parque de San Rafael en compañía de otro buen amigo el guitarrista sinaloense José Isidoro Ramos. El gran guitarrista puertorriqueño Iván Rijos. Nos fundimos en un efusivo abrazo y conmemoramos la ocasión, ¡treinta años! Se dicen fácil. Me contó que aquella lejana gira por Jalisco auspiciada por la entonces ISSSTEESCULTURA se debió a la generosidad del alquicalidense avecindado en Xalapa, Veracruz, Alfonso Moreno por esos días considerado el mejor guitarrista de México. 

Me hizo saber que vive eternamente agradecido con Moreno, por su nobleza ya que le cedió su lugar, no sin antes audicionar ante las autoridades correspondientes de la instancia cultural. “Yo no soy capaz ni he sido, de quitar el trabajo a nadie menos si no estoy en mi país”-dijo- entonces, fui a Xalapa y hablé con Alfonso quien ante todo le dio enorme gusto, sin mostrar egoísmo alguno. “Tal vez no sea el mejor pero si el de mayor calidad humana, la gira la recuerdo como de las mejores cosas que me han pasado en la vida”-asentó. Ahora quería comer birria en San Juan de Dios y para allá fuimos, y tomamos jugo de caña y oímos a los teñidos canarios cantando. Le dije que no era de gratis, que sus comerciantes les daban a beber con una jeringa, alcohol para embriagarlos y ponerlos a cantar. Me dijo que recordaba a mi querida madre y a mi padre y que compuso una piececita para ella, lo recuerdo con su atlético físico de los veinte años, de lo que ya, no queda sino el recuerdo. Siempre recibe uno lecciones de humanidad inesperadas.

Iván Rijos retornó al hogar después de recorrer el mundo tocando e impresionando con su habilidad a los auditorios del orbe, lo encontré antes en Almería, España y no hubo entonces ocasión de convivir, quedamos de vernos en algún lugar del planeta y nos encontramos en Guadalajara. Orgulloso me mostró un video con su pequeña hijita. Ya en casa, le mostré el Cd en donde grabó junto a otro grande de Puerto Rico, el cuatrista Edwin Colón los conciertos del maestro boricua Ernesto Cordero, “Chacho que vaina es esa”-dijo- y una grabación de un programa de radio, que conservo, de la radio estatal entonces XEJB en donde tocó: Nunca nadie pudo amarte tanto como Cristo, composición de él y la bella piececita El Coqui, zapito originario de la isla del encanto, del autor Ignacio Quintón.

Tocó para mí, un extracto de la Chacona de Bach y nos tomamos fotografías que subí a las redes. Le obsequié un ejemplar de Las Seis Cuerdas de la Guitarra de mi autoría y complacido, vio la fotografía de él haciendo alusión a la antes comentada gira. Recapacité confirmando que la amistad no se muestra si, se demuestra . ¡Amigos para siempre!

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Ramón Macías Mora
  • Ramón Macías Mora
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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