Desde un principio esta edición del US Open daba tintes de que sería una muy memorable. Obviamente un gran protagonista de esta gran historia es el maravilloso campo de Pinehurst #2, en el cual se han escrito multitud de historias a través de los años y éste no fue la excepción. La realidad es que Pinehurst es un campo que no a muchos agrada y para ser sinceros muchas veces fue muy injusto con los mismos jugadores que llegaron a perder la paciencia en varias ocasiones.
De entrada, la USGA celebraba su evento número mil, por lo cual no dejarían atrás esa fama de poner los campos lo más complicado posible. No querían que pasara lo del año anterior en L.A Country Club, donde los scores no fueron dignos de un Open.
El primer día Patrick Cantlay y Rory McIlroy abrieron con rondas de 65 golpes, aunque solamente una docena pudieron bajar el par del campo.
De ahí en adelante se les pegó un competidor más, Bryson DeChambeau, jugador de LIV Golf y ex campeón de este mismo evento. A Bryson se le vio muy diferente, en la pasada edición del PGA Championship el público se volcó hacia él dejando atrás esa rencilla de haber dejado al PGA Tour; ahora, se le vio completamente entregado a la gente, y se le notaba en todo momento disfrutar de lo que estaba pasando. Obviamente él sabía que su distancia con el drive era un gran factor de ventaja contra los demás.
Pocos se pudieron imaginar un mejor final entre estos tres. Rory, quien parecía que por fin se llevaría un major en más de 10 años (36 majors para ser exactos), dejó ir el triunfo con bogeys en los hoyos 15 y 16. Por su parte, Bryson supo guardar la calma para llevarse la victoria por un solo golpe y ganar su segundo major.
Este nuevo Bryson la verdad es que me cae muy bien, se le ve muy relajado y aunque aún sigue buscando qué más puede mejorar en su juego, su mente se ve más en calma y ese es el factor más importante en alguien como él.
Desgraciadamente los dos representantes nacionales Santiago de la Fuente y Omar Morales no lograron pasar al fin de semana. Santiago, quien aún le falta por jugar el British Open este año, logró rondas de 78 y 75. Morales por su parte, término 7 arriba del par del campo empatando con el ex número uno del mundo Tiger Woods, quien tuvo una invitación especial para este evento.
A mí en lo personal me da gusto ver de nuevo a los mejores golfistas del mundo reunidos (aunque no todos), y al parecer las negociaciones entre LIV Golf y el PGA Tour han avanzado después de la reunión de la semana pasada en Nueva York.
Bryson demostró el gran nivel de juego de LIV Golf y aunque ya se habla del retiro de algunos como Phil Mickelson, es importante regresar a todos por los menos en los eventos más importantes del golf.
Profesionales como Bryson De Chambeau le hacen muy bien a nuestro deporte, que está urgido de poner calma y certidumbre para todos los jugadores.