Política

Un domingo en la Alameda

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

No recuerdo el año. Un funcionario cultural de Bellas Artes me invitó a participar en un homenaje en honor de Cristina Pacheco en la sala Manuel M. Ponce. Acepté. Era un domingo de sol en la Alameda. Tiempo antes de empezar la mesa donde hablaríamos de la obra periodística de Pacheco, la sala estaba a reventar. Desde lo alto de las escaleras negras de mármol vi a una multitud, no exagero, de admiradores de Pacheco.

Entonces leí esto, no lo entrecomillo porque trae algo de verdad y recuerdo, que son una pero no la misma cosa: toda obra necesita un soplo del azar. La revista Sucesos resuena en la mente de quienes vimos esas páginas en la mesa de la casa y el nombre de Gustavo Alatriste sonaba común y no evocaba como ahora a un fantasma.

Cristina Pacheco quería entrevistar a boxeadores, a prostitutas, a ladrones y a matanceros. En ese inicio había un destino. Más tarde el Sol de México, luego la Revista Siempre! y la figura legendaria de Pagés. Más adelante, El Día y Enrique Ramírez y Ramírez al frente de ese proyecto. Cristina Pacheco se ha llevado con ella un gran capítulo de esta historia del periodismo en México.

Entonces me preguntaba, como ahora, de dónde vienen, de qué tradición se desprenden los textos de la obra periodística de Pacheco. Nadie llega por sí solo a una orilla. Pienso entonces que en sus relatos subyace una versión sombría de la vida de Los mexicanos pintados por sí mismos de Hilarión Frías y Soto, o de los Piratas del boulevard de Heriberto Frías, de la prensa de la época retratando la pobreza, la desigualdad, la penumbra del futuro. A estos eslabones le llaman tradición, Cristina Pacheco forma parte de ella. En tiempos en los que nadie quiere reconocerse en tradición alguna, Pacheco se comprometió con su voz y su pasado. No es poca cosa, sus protagonistas y sus temas buscan la fibra última de la ciudad. Las breves crónicas de Pacheco buscan en su naturalidad la historia larga, el laberinto de la trama. Este fue siempre el desafío interior de la narrativa de Cristina Pacheco.

Daban las doce del día de aquel domingo y el sol rajaba tablas, Cristina, Jose Emilio, Laura Emilia y no sé si Cecilia cruzaban avenida Juárez, todo parecía eterno y feliz.

(Las Prácticas Indecibles volverán en enero a esta página 3 de MILENIO).

Google news logo
Síguenos en
Rafael Pérez Gay
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.