Fraccionamientos y colonias, este es el origen de la accidentada historia urbana de la Ciudad de México. Fraccionadores de los bienes del clero y deslindadores de terrenos y creadores de colonias agrícolas para extranjeros. Así empezaron, a mediados del siglo XIX, los grandes negocios inmobiliarios. Así los explica el magnífico libro de Jorge H. Jiménez Muñoz: La traza del poder. Historia de la política y los negocios urbanos en el Distrito Federal (Dédalo, 1993).
Se llamaban portafolieros, aventureros de la compraventa de tierra que con un proyecto de papel en su portafolios llegaron a hacer grandes fortunas. La mayoría de ellos había viajado a México en busca de tierra y dinero. Todas las fortunas de aquel entonces, provenientes de fraccionamientos y colonias, pasaron por el fango de la corrupción, la trapacería y la complicidad del gobierno.
Encontré un dato interesante: durante la presidencia de Benito Juárez se expidieron dos decretos. El primero: a partir de 1861, relata Jiménez Muñoz, el gobierno de Juárez exentó a las franquicias de los colonos extranjeros del pago de contribuciones durante cinco años y los eximió del pago de derechos de importación. El segundo, también de 1861, eliminó el traslado de dominio y les dio facultades para no pagar derechos de importación de insumos para el funcionamiento de las colonias.
El que va al pasado busca siempre secretos en los misterios de la actualidad. Así lo hice: a partir de 1903 se expidió el decreto que fijaba las reglas para la admisión de nuevas colonias. Algunas fraccionadoras: “The Chapultepec Land Improvement, The Mexico City Improvement Company, The Farmers Loan and Trust Company”, todas certificadas en Estados Unidos.
Después de los decretos de Juárez que facilitaron el fraccionamiento y las colonias al capital foráneo, vinieron los portafolieros mexicanos que hicieron negocio con las empresas estadunidenses: Limantour, los hermanos Macedo, los Landa y Escandón, Pimentel y Fagoaga, Martínez de la Torre.
Así surgió la colonia Roma. Los dueños: Gabriel Morton, Cassius Lamm, Edward Brown y Edward Orrin. La minuta del notario es del 18 de julio de 1900.
La Condesa fue fraccionada por la Colonia Condesa S.A. de C.V. en 1902, después de que el Banco Mutualista le comprara los terrenos a Manuel y Vicente Escandón y Rafael Martínez de la Torre. La empresa se liquidó en 1907 y se incorporaron estos socios: Federico Kadt, J. J. Lemmens, Hugo Scherer y compañía, Sommer Herman y compañía, entre otros.
Así empezó todo.