La tragedia de Teuchitlán le cayó bien a la oposición, aunque se escuche y lea grotesco eso es una realidad, la derecha sigue en su idea de seguir captando tragedias en todo el territorio nacional pretendiendo sacar provecho al dolor y sufrimiento ajeno, en ese contexto se genera una nueva campaña para atacar a la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno escalando sin pudor político los calificativos de afirmar que había literalmente un campo de exterminio en el rancho de Teuchitlán, equiparando al exterminio nazi en aquel holocausto que marcó a la humanidad como uno de los episodios más lamentables.
De ese tamaño pretenden proyectar a México ante el mundo, implorando atención y reflector pidiendo auxilio político porque la realidad de la oposición está, política, electoral y moralmente derrotada, es tanta su desesperación que se despojan de todo escrúpulo para mentir como si la farsa que montan se pudiera sostener, insisten en su pretensión de querer proyectar en su narrativa un país incendiado, toda una apocalipsis con la que según ellos la ciudadanía puede creerles que no se puede vivir así y con ello mantienen la esperanza de que con esa persuasión a partir de la intriga se les pueda regresar la oportunidad de regresar al poder.
El discurso opositor no deja de montarse en calumnias permanentes con el claro objetivo de transmitir coraje y miedo a la población, esa es su apuesta política y electoral, para ese bloque opositor de la derecha la población es susceptible de manipular y bajo esa premisa asumen tener posibilidades de revertir su situación de su agonía política; en contraste a esa visión, en México hay una ciudadanía cada vez más informada y más politizada con capacidad de discernir e identificar toda esa narrativa de falsedad de la oposición, pero aún más, las mediciones que hay de aprobación y respaldo a la presidenta es totalmente abrumadora.
La mezquindad llegó a tales niveles de desear y pedir a Trump que aplicara aranceles a México de una manera irresponsable sin importarles que la economía mexicana se pusiera en riesgo de convulsionarse, implorando incluso la intervención militar por el ejercito estadounidense para atacar a los carteles mexicanos en su lógica de que a rio revuelto, ganancia de pescadores pensando que así resurgirían posibilidades de recuperar el poder y privilegios que perdieron.
Esta campaña nacional e internacional de querer hacer creer que había un campo de exterminio en México, independientemente que sea en jalisco y en el municipio de Teuchitlán con gobiernos de oposición a quienes desde la oposición les quitan toda responsabilidad y se la cargan completamente al gobierno de Andrés Manuel y ahora al de Claudia, así la pretenden vender en su campaña como si fuera un tema de el gobierno federal cuando fue éste mediante la marina y guardia nacional quienes catearon y detuvieron delincuentes en dicha finca.
Evidentemente hubo ahí atrocidades que no se deben de dejar de condenar, investigar y sancionar, pero también hay responsables políticos y de gobiernos que permitieron y muy probablemente protegieron al grupo criminal que ahí actuaba, lo que sí es que debe de haber una minuciosa y exhaustiva investigación de las fiscalías y dar con los responsables y desmantelar las células criminales que han actuado con toda impunidad y protección de los gobiernos municipal y del Estado.
