Haciendo un balance objetivo sobre el acontecer político en México, se tiene un saldo muy a favor de la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno respecto a la cada vez más disminuida oposición, hay un poder judicial al que ya no está al servicio de la derecha, una política social que ha permitido que haya autosuficiencia económica en las familias y que la economía del país se mueva desde abajo, hay flujo porque hay poder adquisitivo en los sectores que hace apenas algunos años estaba totalmente desprotegido, hay una salario mínimo que nunca en la historia se había tenido y fue fijado en acuerdo con el sector empresarial.
Hay inversiones del sector privado, se implementó una ambiciosa política de creación de infraestructura ferroviaria para carga y de pasajeros, este año empieza la producción de gasolina en la refinería Dos Bocas lo cual permitirá una reducción al precio de las gasolinas que a su vez impactará en una reducción de los índices inflacionarios que conlleva una mejora en la economía de las familias mexicanas.
México se fortalece en ámbito internacional, con independencia y autosuficiencia frente a los organismos financieros internacionales que son controlados desde Estados Unidos imponiendo medidas y generando codependencia con sometimiento económico y político a ese país, fortaleciendo alianzas comerciales en otras latitudes y asumiendo liderazgo y posicionamiento con entereza y dignidad diplomática frente a los amagos arancelarios arbitrarios de Trump, así como las tentaciones de intervencionismo militar en México so pretexto de atacar al crimen organizado.
Al interior del movimiento y del gobierno se han estado teniendo ajustes también, personajes que estaban sobre empoderados han quedado en evidencia sobre prácticas contrarias a la ideología de ese movimiento que hoy es gobierno, se ha estado cribando y dejando a la vista que la presidenta no permitirá impunidad, destituyendo y encarcelando a quien haya que hacerlo sin distinción alguna, máxime si son parte del gobierno o partido que hoy gobierna.
Hay temas pendientes y lacerantes como la inseguridad, misma que como estrategia central es atacar las causas que la provocan, pero en lo que los programas de bienestar cumplen con su objetivo de disminuir la desigualdad y la pobreza, hay una frontal política de ataque al crimen organizado que está dando resultados mismos que son reconocidos por la propia oposición, aunque ésta siga en su doble discurso de seguir denostando y sobredimensionando cada vez que hay una tragedia en algún lugar del país.
Por cierto, en lo que respecta a la oposición al termino de este año que concluye su corte de caja es acorde a la misma inercia de los últimos años en el sentido de degradarse política y electoralmente, su estigma de corrupción, de impunidad y a quienes si se les demostró que se aliaron y fueron parte del crimen organizado, su estatus es prácticamente la agonía política, no tienen forma de recuperarse aunque les resulte esperanzador la elección en Chile que nada tiene que ver aquella realidad con lo que sucede en México.
En lo que viene es muy difícil que cambien las tendencias y las inercias electorales, la oposición solo existe en redes sociales, no hay realmente un movimiento genuino que se oponga, los que surgieron eran totalmente artificiales y fueron pagados, no eran movilizaciones espontaneas de personas que se opusieran al gobierno, era y ha sido la oposición camuflajeada de ciudadanos que pretenden derrocar al régimen desde las redes sociales.
