Juan Carlos Osorio se bajó de la contienda por dirigir a la selección mexicana de futbol. Lo más seguro es que el colombiano termine dirigiendo a la selección de su país. O en una de esas a la de Estados Unidos, en cuya Liga profesional ha trabajado.
Ricardo Ferretti, el famoso Tuca, reiteró su negativa a encabezar un proceso mundialista y dejar a sus amados Tigres. El brasileño está puesto para ayudar pero sólo cuando realmente se trate de una emergencia, pero no está dispuesto a vivir una responsabilidad de larga duración y tanto desgaste.
Matías Almeyda manda el mensaje de que valora aceptar una supuesta oferta para dirigir a la selección de Costa Rica.
Javier Aguirre dirigirá a la selección nacional de Egipto hasta donde seguramente no han llegado las historias que han cuestionado su honestidad, pues enfrenta un juicio por arreglo de resultados de un partido cuando dirigió al club Zaragoza, en España.
Pareciera, de pronto, que la Federación Mexicana de Futbol se queda sin candidatos para dirigir a la selección. Nada más falso. Ojalá quienes están a cargo de tomar esta decisión no se presionen por nadie y actúen conforme a la lógica necesaria.
Primero el proyecto. Luego a quienes pueden encabezarlo y hacer que se cumplan los objetivos. Sobran los personajes para llevar a cabo, en cualquier momento, una buena elección.
Además, la FMF tiene dinero. Pocas, de verdad muy pocas selecciones de futbol en el mundo tienen los ingresos que la mexicana. Actúan con una presencia abrumadora en dos mercados, uno de ellos generoso, como el de los Estados Unidos. Si es por dinero, la FMF no debería de tener problema alguno, en cualquier momento, para ir por el entrenador que quisieran.
Ni Osorio, ni Aguirre, ni Almeyda, ni Ferretti son los únicos entrenadores que pueden llevar con éxito un proyecto ambicioso y ordenado. Que no cundan las prisas, que no se ceda al chantaje, por favor.
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