Hasta donde sabemos ni las, ni los futbolistas profesionales que son convocados a una selección nacional reciben un sueldo por los días que son llamados o por los partidos que juegan. Lo que reciben son premios o primas, la mayoría de las ocasiones muy atractivas, pues van creciendo conforme se alcanzan los objetivos.
Donde sí cobran un sueldo las y los futbolistas es en sus equipos o clubes, inclusive los días en los que son alejados de su disciplina por estar concentrados con la o las selecciones nacionales.
Bajo este escenario es razonable que la Federación Mexicana de Futbol anuncie, a la brevedad posible, que tal como lo hizo ya la US Soccer, en México también se igualarán los premios o primas que reciben los futbolistas hombres con el de las futbolistas mujeres que sean llamados a cualquiera de las distintas selecciones nacionales.
Hay dinero para ello. Me atrevo a decirlo pues conocemos los altos ingresos (aun en tiempos de pandemia) que se generan en la Federación Mexicana de Futbol por la actividad de la selección varonil, sobre todo.
Esto es lo que hizo en las últimas horas la federación de futbol estadunidense, medida que tantos elogios les ha generado en todo el mundo. Insisto, no estamos hablando de sueldos. Para que hombres y mujeres dedicados al futbol profesional perciban salarios iguales por la actividad que desempeñan en sus equipos falta mucho. Dependerá esto de muchos factores sobre los cuales ahora mismo no se tienen control. Pero para igualar los premios y primas por su actividad como seleccionadas y seleccionados no debería de haber ningún problema. Sería una medida aplaudida de forma generalizada.
Si a un futbolista hombre se le da, por ejemplo, la suma de 50 mil pesos por participar en un partido con la selección, esa misma cantidad, por la misma actividad, se le debe dar a una futbolista mujer. Y tener las mismas prestaciones y derechos y privilegios.
Rafael Ocampo
