La vergonzosa goleada que sufrió el Cruz Azul por el América, la noche del pasado sábado en el Estadio Azteca se puede explicar con argumentos varios, pero todos empiezan y terminan por la absoluta responsabilidad de sus directivos.
Decidieron despedir hace ya algunas semanas al peruano Juan Reynoso, el director técnico que les dio el último de sus campeonatos de liga (ese que tardaron casi 30 años en volver a ganar), para respaldar al presidente del equipo que decidieron empoderar nuevamente, Jaime Ordiales.
Hoy Jaime Ordiales no ejerce como el mandamás de los cementeros pues la Federación Mexicana de Futbol se lo llevó como presidente de la Comisión de Selecciones Nacionales. Y Juan Reynoso es el flamante nuevo entrenador de Perú.
De ser un equipo competitivo con Reynoso, hoy el Cruz Azul es el equipo más débil de la Liga Mx, la peor defensa para no ir muy lejos. La directiva que encabezó Ordiales compró a no se sabe quién la carpeta de un entrenador desconocido en nuestro país, al que anduvieron promoviendo en otros equipos como las Chivas. Lo contrataron, pero no le trajeron a los refuerzos que él quería, ni en tiempo, ni en forma.
Resultó además que Aguirre permitió que le metieran mano y en las últimas semanas, las que coinciden con las cuatro derrotas consecutivas, lo que se vio es un manoseo de la alineación titular inconcebible.
Ya corrieron a Aguirre tras la goleada 7-0. Quien llegue a hacerse cargo del equipo (más allá del interinato de Raúl Gutiérrez y Óscar Pérez) va a tener que lidiar con unos “propietarios” (quienes detentan el poder ahora en la cementera, los señores Marín y Velázquez), debilitados y confundidos, sin el poder económico que detentaron quienes estuvieron antes tantos años manejando a este club (los Álvarez Cuevas).
Cruz Azul está muy cerca de hacer el peor papel de su historia en la Primera División. Hasta el Querétaro (destinado a desaparecer) luce más fuerte que ellos en estos momentos.
Rafael Ocampo