Eso que todavía tiene Lionel Messi es algo con lo que seguramente estará asociada, de por vida, cualquier presencia suya en una cancha de futbol: un toque de balón preciso y precioso, condición que conlleva a una visión de la cancha extraordinaria.
Pero eso que tiene y tendrá el histórico argentino y que a cuentagotas exhibió anoche en el llamado Gigante de Acero, evidentemente no le alcanza al equipo para el que juegue para ganar partidos decisivos ante equipos bien armados.
Hay otra condición importante que explica la eliminación del Inter Miami por parte de los Rayados del Monterrey: ésta tiene que ver con el reducido plantel con el que cuenta Messi, es decir, la cuestionable calidad de la mayoría de sus compañeros… Empezando por el portero, que regaló el gol de Brandon Vázquez. Aunque no nada más le queda grande su rol a Callender… Casi a todos los demás. Minutos antes de este error, el defensor Allen estuvo a punto de hacer lo mismo, pero ante la presión de Germán Berterame.
Ni Sergio Busquets, ni Jordi Alba, ni Luis Suárez, los entrañables compañeros de Messi en el exitosísimo Barcelona que decidieron acompañarlo en su aventura en la MLS logran destacar y ser factores diferenciadores, ante un equipo que realmente les exija.
Si Messi filtra un balón preciso al hueco, ya no llega con ventaja ni al fondo Jordi Alba; si Messi quiere triangular con Suárez éste no gana ventaja a los centrales que lo marcan… Busquets lo sigue buscando siempre, entregándole todos los balones que recupera o pasan por él, pero ya le cuesta encontrarlo siempre por la falta de fuelle y dinámica que solo los años explican.
El Inter Miami tendrá que sumar a cuando menos un elemento joven de probado talento en cada línea para que lo que tiene y tendrá Messi pueda todavía lucir y así ganar algunos títulos más.
Justo todo este apoyo sí lo tiene y por todos lados en la selección nacional argentina.
