Es una gran noticia que el partido inaugural de la Copa del Mundo de Futbol del 2026 tendrá como sede el Estadio Azteca. De igual forma que México vaya a tener un total de 13 partidos de este Mundial, los mismos que Canadá. El resto, 78 juegos, se llevarán a cabo en estadios de los Estados Unidos.
Celebro también el entusiasmo con el que el Comisionado del futbol nacional, Juan Carlos Rodríguez, transmite el objetivo y compromiso para conformar la Selección Nacional de futbol más exitosa de la historia.
Pero estaremos de acuerdo todos que para consolidar una representación futbolística exitosa se requieren mucho más allá que palabras motivadoras y llamados a la unidad.
El Mundial que organizarán Estados Unidos, Canadá y México se inaugurará el 11 de junio del 2026. Estamos a 2 años y 4 meses de que esto acontezca.
¿Qué datos y qué hechos nos permiten construir escenarios optimistas y triunfadores?
¿Tenemos la materia prima necesaria y suficiente (futbolistas talentosos y competitivos y un director técnico innovar y líder), que se requiere en este deporte para triunfar?
¿Qué objetivo puntual es el que se piensa fijar al equipo nacional?
Quedar en primer lugar de su grupo, eso lo dijo Juan Carlos Rodríguez, para asegurar una segunda ronda relativamente cómoda.
¿Y luego qué sigue?
¿El objetivo es ganar el Mundial? ¿El objetivo es llegar a semifinales como mínimo?
Creo que resulta fundamental que desde la posición que ocupa el Comisionado, con el poder que se le ha otorgado, se determine y se difunda el objetivo final. Lo menos ambiguo que se pueda. Esta precisión es la que va a marcar la ruta de trabajo y la única que permitirá medir resultados y desempeños.
Sería muy pero muy importante tener un plan preciso de trabajo para garantizar el crecimiento futbolístico de un equipo nacional que hoy no causa más admiración que recelos y dudas.