Nada está perdido para los Rayados del Monterrey tras la ajustada derrota que sufrieron ante el Columbus Crew en el juego de ida de una de las semifinales de la Concachampions.
El equipo dirigido por Fernando Ortíz tendrá que hacer algunos ajustes, en defensa y delantera, pero tiene los recursos para pasar a la Final contra el que gane en la serie entre América y Pachuca que va 1-1.
Se toma en cuenta poco o nada que el equipo de la MLS, que eliminó en la ronda anterior a los Tigres, es el campeón vigente de esta Liga. Y más allá de ese título, se trata de un equipo que juega muy bien, que defiende con atingencia, con un muy buen portero y que ataca con reconocida capacidad, acompañándose línea por línea en ese andar en el campo contrario. Sus atacantes tienen velocidad, potencia y desequilibrio.
No es momento de quemar en leña verde a Fernando Ortiz y a sus dirigidos. Pero esto es lo que está sucediendo. Los Rayados juegan bien, tienen elementos con enorme talento como titulares y como suplentes, pero hay que tomar en cuenta que tampoco son una aplanadora, por un lado… pero también hay que reconocer que hay rivales bien armados y conjuntados.
Y es que no hay equipos ya, no al menos en la Liga Mx, que puedan ganar todos sus partidos siempre y menos cuando se accede a instancias de semifinales.
No estoy de acuerdo con la presión y el negativismo, producto de juicios interesados y viscerales, con el que se visualiza en las últimas semanas el trabajo y los resultados de los Rayados.
La realidad es que sus posibilidades de llegar a la Final de la Concachampions están intactas y yo me atrevería a pronosticar que lo van a conseguir con el apoyo de su maravillosa afición. Y también es incuestionable que entrarán a la Liguilla y serán un durísimo contendiente, con muchas posibilidades de acceder también a la Final. Al tiempo.
