Los mandatarios se reunieron los días 6 y 7 del presente mes en la residencia Mar-a-Lago, en Florida. (Foto: Carlos Barria/Reuters)
Por invitación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el presidente chino, Xi Jinping, se reunió los días 6 y 7 de abril con su homólogo estadunidense en la residencia Mar-a-Lago, en Florida. Éste fue el primer encuentro entre los dos mandatarios después de que Trump asumiera la Presidencia en enero pasado. En poco más de un día, los dos líderes se reunieron en varias ocasiones para intercambiar de manera amplia y profunda puntos de vista acerca de las relaciones sino-norteamericanas y los temas regionales e internacionales de interés común y llegaron a una serie de consensos importantes. Ambas partes coincidieron en que el encuentro fue positivo y fructífero.
Primero, el desarrollo de las relaciones entre China y EU es la máxima prioridad. Ambos son el mayor país en vías de desarrollo y el mayor desarrollado, respectivamente, y las dos economías más grandes del mundo. Una evolución continua, sana y estable de sus relaciones no solo corresponde a los intereses fundamentales de los dos pueblos, sino que también satisface las expectativas generales de la comunidad internacional.
El presidente Xi Jinping enfatizó que China seguirá invariablemnte el camino del desarrollo pacífico, no se adherirá a la filosofía del "yo gano/tú pierdes" y tampoco seguirá el viejo camino de que un país buscará inevitablemente la hegemonía cuando se convierta poderoso.
"Tenemos mil razones para establecer unas buenas relaciones entre China y EU y no contamos con ninguna para tener unas malas relaciones", recalcó el líder chino.
Por su parte, Trump declaró que ha logrado establecer una extraordinaria amistad con su homólogo chino y realizará una visita de Estado a China en lo que resta del año. Opinó que como grandes potencias del mundo, EU y China asumen responsabilidades importantes, por lo tanto, deben mantener comunicación y consultas sobre temas relevantes, a fin de obtener un mayor desarrollo de las relaciones binacionales.
Los dos mandatarios acordaron mantener una estrecha comunicación mediante reuniones, llamadas telefónicas, cartas y otras vías en aras de poner en pleno juego el importante liderazgo de la comunicación entre los jefes de Estado para las relaciones bilaterales, elevar constantemente la armonía y la resiliencia de estas relaciones y aumentar las expectativas positivas de la comunidad internacional sobre la evolución de los lazos sino-estadunidenses.
Segundo, la cooperación mutuamente beneficiosa constituye una opción unánime. El presidente Xi apuntó que la cooperación será la única opción correcta y que ambas partes tienen todas las razones para convertirse en muy buenos socios de cooperación. Llamó a las dos partes a centrar sus esfuerzos para ampliar su cooperación y elaborar una lista de ésta en áreas prioritarias, con el fin de obtener mayores cosechas iniciales.
Esta propuesta recibió una respuesta positiva por parte de EU. El presidente Trump manifestó su deseo de continuar potenciando la cooperación con China en los más diversos terrenos, de manera que las relaciones bilaterales experimenten un mejor desarrollo. Como resultado importante del encuentro, los dos líderes anunciaron el establecimiento de cuatro mecanismos de diálogo de alto nivel, incluidos el Diálogo Diplomático y de Seguridad, el Diálogo Económico Amplio, el Diálogo para la Aplicación de la Ley y la Seguridad Informática y el Diálogo sobre Temas Sociales y Humanísticos. Y al margen del encuentro, ambas partes pusieron en marcha el Diálogo Diplomático y de Seguridad y el Diálogo Económico Amplio.
Asimismo, las dos partes acordaron facilitar el sano desarrollo del comercio y la inversión bilaterales, avanzar en las negociaciones sobre el acuerdo de inversión bilateral y promover la cooperación práctica en materia de energía, infraestructura y otras áreas.
Tercero, el control de discrepancias entre China y EU es el deseo común de la comunidad internacional. Las dos naciones se beneficiarán de su cooperación y se verán perjudicadas por cualquier enfrentamiento entre ellas. Resolver adecuadamente los temas sensibles y controlar en forma constructiva las discrepancias entre los dos países no solamente son las aspiraciones comunes de sus pueblos, sino también son un deseo común de la comunidad internacional.
En dicho encuentro, el presidente Xi recalcó que es normal la existencia de discrepancias entre ambas partes, la clave será encontrar soluciones adecuadas a los temas sensibles y controlar de manera constructiva sus discrepancias. Por su parte, Trump manifestó que EU desea cooperar con China y hará esfuerzos para eliminar los factores y problemas que entorpecen las relaciones bilaterales.
Ambas partes reconocen completamente los principios de no enfrentamiento, no conflicto, respeto mutuo y cooperación de beneficio mutuo, y acordaron por unanimidad controlar sus divergencias con base en el respeto mutuo, mantener comunicación y coordinación en torno a asuntos de importancia regional e internacional y ampliar su cooperación a escala regional y global, a fin de hacer mayores contribuciones a la salvaguarda de la paz, la estabilidad y la prosperidad regionales y mundiales.
Desde la diplomacia del ping-pong hasta la diplomacia olímpica y desde la reunión nocturna entre los presidentes Xi Jinping y Barack Obama en Ying´Tai, del Palacio Imperial de Beijing, hasta el encuentro en Mar-a-Lago, en 38 años de relaciones diplomáticas entre China y EU, establecidas en 1979, éstas han sufrido altibajos. No obstante, como dice un refrán, "siempre que llueve, escampa". Ambas partes siempre han tenido en cuenta las perspectivas generales de sus relaciones para gestionar constructivamente sus diferencias y han persistido en el camino de cooperación de beneficio mutuo, imprimiendo de manera ininterrumpida nueva vitalidad a un sano y estable desarrollo de las relaciones bilaterales.
Durante dicho encuentro exitoso, se alcanzaron los objetivos previstos de conocerse personalmente, aumentar la comprensión recíproca, establecer la confianza mutua y aglutinar los consensos, lográndose así una transición estable de las relaciones sino-norteamericanas después del cambio de mando en EU, y un buen inicio de estas relaciones en la nueva era, lo cual contribuirá a sentar cimientos para un sano y estable desarrollo de las relaciones binacionales desde un nuevo punto de partida.
Asimismo, el encuentro ha dado señales positivas a la comunidad internacional. China está dispuesta a trabajar junto con EU, guiados ambos por los consensos alcanzados entre los dos mandatarios, para reforzar los intercambios y diálogos de alto nivel, ampliar su cooperación mutuamente beneficiosa y resolver temas sensibles sobre la base de respeto mutuo, con miras a impulsar un mayor desarrollo de las relaciones sino-norteamericanas, generando así mayores beneficios para sus pueblos y los de todo el planeta.
*Embajador de China en México