El Presidente es el prototipo más claro del emprendedor: se guía por metas y se empodera diciendo: “me canso ganso” (que lo lograré).
Yo les digo a mis alumnos de emprendimiento que inicien con pequeños retos. Y el empoderamiento viene cuando logramos vencerlos; es entonces que vamos por uno más grande y así sucesivamente nos vamos volviendo sabios en conocer de qué están hechos los obstáculos para cada cima que queremos conquistar, con pasos cada vez más seguros en cada subsecuente ascenso.
El Presidente se fue empoderando en sus conquistas como líder, y su llegada a la cima como presidente lo terminó de empoderar y darle la energía que le conocemos.
Los gansos del Presidente han sido muchos, donde fue coleccionando sueños para su país en sus reflexiones de su caminar por el México de los pobres, que los apuntó en sus libros y en su mente como logros puntuales que realizaría a su llegada.
Para mí que de entre todos sus gansos el reto más significativo que me hizo acompañarlo fue el de dejar el mejor Estado de bienestar que pudiera lograr para México, como la pasta más cohesionante de nuestro tejido social. He visto en sus manifestaciones lágrimas de agradecimiento de nietas y nietos de ancianos por la seguridad que les logró dar en su vejez, y el domingo anunció cobertura universal para todas y todos los discapacitados, con apoyo de los estados.
Dentro del sistema de bienestar que nos heredará, el reto más fuerte que ha tenido que resolver es el de la salud universal, donde paulatinamente se fue dando cuenta que su federalización había resultado en un fracaso, resolviendo al final depositarla en el IMSS. Se dice fácil firmar con cada estado convenios de sus sistemas de salud. Pero lo que significa esta acción es irlos regularizando, dando plazas a todos sus empleados que no las tenían y reconstruyendo su infraestructura incluyendo el provisionamiento de médicos y equipo. Ha sido, me consta, una labor titánica que todos debemos agradecer, porque la necesidad primaria que el Estado debe proveernos es la salud, porque sin salud no somos nada.
Con esta reconstrucción del sistema de salud pública el Presidente “se cansa ganso” de dejarnos el mejor sistema de salud del mundo. Ojalá lo logre.