“Para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo”, el dicho popular muy norestense es aplicable al subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell.
En una reciente entrevista, el funcionario federal anunció que se tiene contemplado vacunar contra covid-19 a alrededor de un millón de niños, niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años.
¿De qué población se trata? “De niños con cáncer (leucemia, linfoma, tumores sólidos), insuficiencia renal o hepática, VIH/Sida con trasplante de órganos, enfermedades congénitas y otras que disminuyen el sistema inmunológico”.
No pasaron muchos días después de aquella declaración desafortunada en una de las mañaneras, al referirse a los juicios de amparo interpuestos por padres de familia de menores.
“Por cada dosis que por acción judicial a esta sentencia de amparo se desviara hacia un niño o niña, cuyo riesgo es menor, se le está quitando la oportunidad a una persona que tiene un riesgo mayor”, habría dicho el subsecretario.
A diferencia del gobierno federal, y hay que reconocerlo, el gobernador Luis Miguel Barbosa ordenó que se vacunaran a 24 menores con amparos otorgados, y según la Ssa hay 30 más con ese juicio a favor.
Es una buena noticia la rectificación de López-Gatell, porque es el gobierno federal quien cambia de opinión, y adquiere relevancia porque existe un riesgo latente entre la población infantil.
El secretario de Salud estatal José Antonio Martínez García reveló que se detectaron a 30 mil 760 alumnos de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato como portadores de una o más comorbilidades, lo que impidió su regreso presencial a las aulas.
Se trata de menores con sobrepeso, obesidad exógena, desnutrición leve, moderada o severa, diabetes, anemia, púrpura, síndrome nefrítico, insuficiencia renal, leucemia, síndrome releucémico, asma e hiperreacciones bronquiales, altamente vulnerables al covid.
El anuncio y la rectificación del gobierno federal para acceder a vacunar a más de un millón de infantes del país vulnerables al coronavirus, es un bocanada de oxígeno a los menores que sufren de comorbilidades, y ya se pueden inmunizar sin recurrir a juicios de amparo para este derecho.
pablo.ruiz@milenio.com