El Ayuntamiento de León está dividido en tres grupos de poder: por un lado los priistas barbaristas; por otro el Verde con sus aliados priistas anti-barbaristas; y el tercero: el PAN. La gran fractura se dio con la elección de Octavio Villasana como alcalde interino de León.
Ya tenían diferencias por la definición del candidato José Ángel Córdova. Pero la elección del interino dividió al PRI en dos y tronó por completo la unión del PRI con el Verde.
El poder los llevó a la confrontación. Los barbaristas y panistas votaron por Octavio Villasana, mientras que el Verde y Aurelio Martínez y Alejandro Kornhauser querían a otro.
Hoy la relación entre los barbaristas y los Verdes es de rivalidad y confrontación. La pelea entre priistas y verdes es más profunda que con el PAN. De hecho el PAN dejó de ser una fracción importante en el Ayuntamiento.
Lo que haga el PAN es lo de menos. El pleito real está entre priistas y verdes y antibarbaristas.
Esa pelea ha generado otros problemas en la administración. Esa confrontación deja al descubierto muchos temas que no deberían salir a la luz pública. Por lo mismo hemos visto distintos temas polémicos de un lado y de otro, como los contratos para la esposa del líder del PRI, Pepe Pedroza, o el accidente de Manuel Mora. Ayer mismo el tesorero Roberto Pesquera y el regidor Aurelio Martínez se dieron un round por Twitter.
El Ayuntamiento de León ha cambiado mucho en los últimos seis meses. El año pasado, el partido bisagra era el Verde. Hoy el bisagra es el PAN.
El año pasado, el partido opositor era el PAN. Hoy es el Verde y el mismo PRI. El año pasado, el hombre más crítico del Gobierno era Alfredo Ling Altamirano. Hoy la piedra en el zapato es el priista Aurelio Martínez.
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