El uso de antibióticos ha sido cada vez más frecuente e indiscriminado.
Muchos médicos los recetamos casi diariamente; la clave está en usarlos cuando realmente se requiere, a la dosis y el tiempo necesario, y para ello están los médicos capacitados.
Pero, una cosa es el empleo de antibióticos fuera del hospital o en casa, y otra cosa muy diferente es usarlos dentro del hospital; casi todos los pacientes que están hospitalizados están recibiendo un antibiótico; cuando se va a realizar una cirugía, todos los pacientes operados reciben antimicrobianos.
Terapia Intensiva se cuece aparte; ahí todos los pacientes, por lo general, que provienen ya complicados de otros hospitales o departamentos, traen antibióticos ya por lo menos unos cuantos días antes de ingresar; luego, a su llegada, los antibióticos empleados son reevaluados; se toman muestras para cultivos de todas partes del paciente, sangre, moco, heridas, catéteres, etc.
Los antimicrobianos que usamos en Terapia Intensiva son fármacos muy potentes y esto ha resultado un arma de doble filo.
Todo el hospital está plagado de bacterias, lo que pasa es que, como son microscópicas, no las vemos; fuera del hospital, en casa o en el trabajo también, pero la mayoría de esas bacterias son buenas; con cambio, dentro de un nosocomio, las bacterias ya han estado expuestas a múltiples antibióticos; esas bacterias provienen de otros pacientes que estuvieron internados con anterioridad; viven en las paredes de las habitaciones, en las sábanas, camas, monitores, mesas, estetoscopios de los médicos, laptop, etc.
Es cierto, cada cubículo se desinfecta y fumiga antes de que un enfermo lo ocupe, pero aún así existen bacterias muy resistentes, llamadas súper bacterias; además, los enfermos están inmunodeprimidos y muy graves o desnutridos; esa combinación es letal:
Paciente grave, inmunodeprimido-desnutrido y recibiendo antibióticos de amplio espectro; pues sí, los antibióticos atacan a las bacterias malas, pero también barren con las buenas que habitan en el enfermo, particularmente en el intestino, conocidas como microbiota; algunos de ellos presentan diarrea, con sangrado incontrolable, el recto de éstos pacientes tiene úlceras y una capa membranosa, plagada de una bacteria llamada Clostridium dificille.
Esta bacteria es oportunista, al haber sido eliminadas las bacterias de la flora normal, el clostridium prolifera.
Un remedio práctico es suspender los antibióticos potentes; y otro muy práctico es tomar excremento de un paciente sano, diluirlo e infundirlo con una sonda o colonoscopía, en el recto del paciente.
Así, las bacterias buenas volverán a predominar y florecer en el intestino del enfermo grave. POLÉMICO, sí, pero efectivo.
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