Según la Real Academia Española, la puñeta es el encaje de algunos puños o mangas.
Así, hacer puñetas era como hacer algo con la mano, o manualidades sin importancia y ociosas.
Sin embargo, para el diccionario popular de la lengua mexicana, una puñeta es sinónimo de masturbarse.
Y para la ciencia, la masturbación fue reconocida como Onanismo, en honor a un mítico personaje griego que tenía el gusto de derramar el semen por doquier, sin ningún afán reproductivo, sólo con un fin placentero.
No pasó mucho tiempo sin que este acto fuera condenado.
En el año de 1758, el Dr. Samuel Tissot publicó un libro titulado Onanismo: las enfermedades asociadas con la masturbación.
El Dr. Tissot contribuyó a convertir el onanismo -coitus interruptus- en sinónimo de masturbación.
Para este médico, la masturbación provocaba debilidad, reumatismo, problemas digestivos, tumores y gonorrea, además de una erección prolongada, ceguera y locura.
También, escritores y pensadores renombrados, como Denis Diderot, consideraban la masturbación como una polución que, en aquellos años, significaba “derrame del semen fuera del matrimonio, una enfermedad por eyaculación involuntaria, manustrupación o violación con la mano”.
Recomendaban beber quinina, baños fríos, buenos pensamientos, aunque otros eran más drásticos, y utilizaban la infibulación, que consistía en coser la piel del prepucio; otros empleaban anillos de espinas y guantes, para evitar la masturbación.
Los médicos estaban muy seguros de salvar vidas con esos métodos; inventaron un dispositivo a manera de anillo de castidad que, al detectar el crecimiento del pene, le propinaba descargas eléctricas.
Todo era válido para combatir la Onanomanía.
La espermatorrea se convirtió en el diagnóstico de moda en aquellos años.
En Estados Unidos nació la “ciencia del semen” que trataba a toda costa de evitar que el cerebro de los jóvenes se secara; la idea era salvar a la juventud de este mal tan placentero y fatigoso.
Surgió, entonces, una pregunta en el ambiente médico: Si la masturbación es tan nociva y común entre los jóvenes, ¿por qué no se enferman?
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